Camilo en el Luna Park: una noche de encuentros, sueños cumplidos y el recuerdo de Sui Generis

Hay un aura de luz que rodea a ciertas personas y las vuelve especiales. Se le dice “ángel” o carisma: es ese don de conectar con otros seres de una forma singular y única que pocos humanos tienen en esta tierra. Camilo es uno de ellos. Anoche, en el mítico estadio Luna Park, el colombiano dio fe de esta revolución que provocó con su música cuando hace tres años decidió volver compartir su arte, luego de tomarse un tiempo para él mismo.

Su primera noche en Buenos Aires no solo le sirvió para conectarse con su “Tribu” local, como llama a sus seguidores, sino también para cumplir un sueño que tenía desde niño. Diecisiete años atrás, un Camilo de 10 años escuchaba en loop en su casa de Montería el casete de Adiós, Sui Generis, soñando con algún día poder tocar en el Luna Park, ese lugar mágico en donde se grabó allá por 1975 el recital con el que se despidieron Charly García, Nito Mestre, Rinaldo Rafanelli y Juan Rodríguez. Ayer, ese deseo se hizo realidad cuando a las 21:30 el artista pisó por primera vez el escenario, dejando al público rendido ante sus pies.

“¡Bienvenidos a mi primer concierto en Buenos Aires! Que sueño estar aquí, un sueño hecho realidad”, dijo con los ojos llenos de lágrimas y la emoción a flor de piel. “Hoy por primera vez se levantan al mismo tiempo mis manos y sus manos. ¡Buenos Aires, gracias por estar aquí!”, agregó ante los gritos ensordecedores de la gente.

El set list de la noche estuvo lleno de éxitos, un fiel reflejo de lo que genera Camilo con su música. Cada canción que saca se convierte en hit, y el público, que va desde niños de tres años hasta personas de más de 70, no puede evitar cantar a flor de piel cada tema. La fiesta arrancó con “Favorito” para luego seguir con “Tutu”, “No te vayas”, “Millones” y “El mismo aire”.

En el overol que utiliza en cada uno de los shows que da, en donde va escribiendo los nombres de las ciudades que visita, se podía leer claro la palabra “Buenos Aires”, arriba a la derecha en el pecho, demostrando la importancia que tiene para él su paso por la capital argentina.

“Cuando era chiquito y tuve mi primera guitarra y mi primer cuaderno en donde comencé a escribir todas mis canciones, empecé a soñar con que recorrieran la ruta que hay entre la guitarra, el papel y sus vidas. Empecé a soñar como te enseñan a soñar, primero chiquitito, luego un poquito más grande y cada vez más grande hasta que algún día muy lejano, como te dicen, ‘tu música va a poder llegar a otros países lejos del tuyo’. Que en la primera gira que hago en mi vida tenga la posibilidad de estar haciendo cinco noches seguidas en Buenos Aires es una prueba y un testimonio claro de que los sueños de Dios se hacen realidad”, le contó al público que lo seguía con admiración.

“Manos de tijera” y “Mareado” son los dos temas que cantó antes de darle la bienvenida a su musa y mejor compañera de escenario: su esposa Evaluna Montaner. El estadio volvió a estallar en gritos y aplausos cuando la hija de Ricardo Montaner salió a escena para interpretar “Machu Picchu” y “Por primera vez”. “Yo estoy muerto de nervios por dos cosas. Primero porque es mi primera noche en el Luna Park, y segundo porque Evaluna ha estado aquí muchas veces con su papá, entonces para poder sorprenderla tengo que hacer un esfuerzo. Le pregunté cómo lo estoy haciendo y me dijo que muy bien”, reveló él mientras la miraba enamorado.

“Tuyo y mío”, “La mitad”, “Despeinada”, “Tattoo”, “Ropa Cara” y “Bebé” son las canciones que siguieron antes de que Evaluna regresara al escenario para interpretar el último tema que sacaron juntos y con el cual anunciaron que serán padres: “Índigo”. Mientras bailaban, ella se tocaba la panza y la gente no podía evitar emocionarse y corear a los gritos el nombre del bebé en camino.

Se acercaba el final del show y el público lo presentía. Después de cantar “Medialuna” y “Desconocidos”, Camilo anunció que tenía una sorpresa muy especial. “Desde que yo estaba chiquito soñaba no solamente con venir algún día a Argentina a tocar, sino que especialmente le pedí a Dios la oportunidad de hacerlo en el Luna Park. En una caja de casetes que había en mi casa estaba el concierto Adiós Sui Generis, grabado aquí, el cual después cuando tuve Internet pude ver en video. Desde ese día me prometí que cuando estuviese aquí iba a cantar una canción de Sui Generis, que es una de mis bandas favoritas en el mundo”, dijo antes de tomar su guitarra e interpretar, entre lágrimas, “Canción para mi muerte”. “Eso va para el Camilo de 10 años”, agregó muy emocionado.

“Kesi” y “Vida de rico” fueron las canciones elegidas para cerrar el show, que duró una hora y media y cuya magia se repetirá el 14, 15 y 16 en el Luna Park y el 17 en el Movistar Arena. “Esto es por la mirada y la sonrisa gigante de toda la gente de allá arriba, de la de acá al frente, de la que está acá a los costados. Muchísimas gracias. Por noches como estas, que voy a guardar para siempre en mi corazón, es que yo puedo decir que tengo una vida de rico ¡Muchas gracias, Luna Park!”, dijo tomando una bandera con el logo de la Tribu y corriendo de punta a punta por el escenario para saludar a cada una de las personas presentes y despedirse de Buenos Aires con una sonrisa y el corazón lleno.

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