Francisco Salgado, el jazz entre la tradición y la vanguardia
"La idea es unir mundos musicales, no fracturarlos", dice el talentoso y multifacético Francisco Salgado. Se trata no sólo de uno de los músicos más creativos de la efervescente escena jazzística porteña, sino de un activista: es el curador del ciclo Punto de Fuga, que se realiza desde 2016 en Roseti, el espacio de Chacarita que funciona como una verdadera usina para las artes de la ciudad. "La idea de Punto de Fuga es poder brindar un espacio para las distintas búsquedas musicales de colegas de la ciudad, del interior y de otros países y combinarlo con las visuales analógicas que lleva adelante Hernán Traverso, para generar una interacción creativa y lo menos forzada posible entre el sonido y la imagen. Uno va, se sienta y disfruta de la música y del entorno visual", explica.
Este viernes a las 21, en Roseti 722, para celebrar la octava edición del ciclo, además de conciertos del nuevo cuarteto del saxofonista Carlos Lastra y del trío de Enrique Norris, con proyecciones de Hernán Traverso, Francisco hará las veces de anfitrión al frente de su grupo Salgado y Asociados, con el que revisita los blues, digamos primitivos, desde una perspectiva ligada al free jazz. "El rasgo común entre algunos cultores de estos dos estilos, que es lo que me resulta atractivo y fértil para componer, es la capacidad de brindar un espacio en el que las melodías pueden desarrollarse de manera autónoma (y en conjunto) sin pensar en un andamiaje armónico tan férreo como el que muchas veces se utiliza para el blues. Y que, además, también permite la aparición de un entramado muy estimulante a nivel rítmico cuando se ejerce el diálogo entre los intérpretes", sostiene.
Ese cruce también es posible explicarlo a través de dos de sus maestros: el cantante Juan Millones y el cornetista Enrique Norris. "A mí me había llamado la atención el blues de Chicago y Juan me llevó más al origen y me enseñó los blues primitivos: las jug bands, los spiritual, las work songs. Tuvimos muchos años un dúo de guitarra, voz y armónica en el que también entraban el kazoo y la washboard. En ese proceso pude absorber una esencia que después pude reconocer en la música que me fue mostrando Enrique Norris, cuando empecé a estudiar con él. Enrique me abrió la cabeza en cuanto a las posibilidades de libertad que te propone la música en general y el jazz en particular. Los dos creo que deberían ser conocidos por quienes quieran ampliar sobre estas músicas", explica.
Salgado, además, tiene un dúo con la pianista colombiana Tatiana Castro Mejía, con el que revisitan las músicas de Thelonious Monk, el Underground Mafia Trio, junto al contrabajista Iván Viaggio y el baterista Hernán Rodríguez e integra el Roseti Ensamble, grupo Revelación 2017 en la encuesta anual del sitio especializado El Intruso. "Con el tiempo cada proyecto fue adquiriendo una dinámica creativa propia. Con sus espacios y sus tiempos para dejar decantar y ver qué necesita cada grupo", explica.
Salgado es, también, egresado de la carrera en Jazz del Conservatorio Manuel de Falla. "Es una experiencia muy valiosa.Con los años se va acomodando la idea que saber tocar es solo una parte de ser músico y que la generación de espacios es trabajo de todos los que llevamos adelante una actividad artística."
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