Fue una de las canciones de The Wall, inspirada en la cantante Vera Lynn, que fue lanzado en 1979 y rompió una buena cantidad de récords
El sonido de unas metralletas, después el estallido de una bomba, una breve transmisión de la BBC y en el medio una voz desesperada, extraída de la película bélica La batalla de Inglaterra: “¡¿Dónde carajo te encontrás, Simón?!”. Un montaje sonoro que dura apenas segundos, una marca de estilo by Pink Floyd que deja huella en su disco más famoso, The Wall (1979). Entonces irrumpe Roger Waters que, en tono de pregunta, desplaza la atmósfera narrativa hacia otro lugar. “¿Alguien se acuerda de Vera Lynn?”, pregunta elegíacamente en “Vera”, la canción que Roger –principal autor intelectual y material de aquel disco, uno de los más vendidos en la historia del rock– suele tocar aún en cada gira internacional, hasta que dure su largo adiós, como una gema arqueológica de la banda que “le dio otra dimensión musical a la psicodelia de los años 60 y la progresiva de los 70″, según la certera definición del periodista Eduardo Fabregat.
Psicodelia y rock progresivo que con el paso del tiempo reviven como clásicos. “Vera”, una balada que se prolonga brevemente en el aire bajo el tono de cierta plegaria, no más de un minuto y medio entre acordes de guitarra y el sostén de cuerdas de la Orquesta de Nueva York, parece más bien escucharse entre el estilo gótico de Nick Cave y la cadencia folk de Bob Dylan. “¿Alguien aquí recuerda a Vera Lynn?/Recuerdo cómo ella dijo/Que nos encontraríamos de nuevo/Algún día soleado/¡Vera!/¡Vera!/¡Vera!/¡Vera!/¿Qué fue de vos?/¿Alguien más aquí se siente como yo?”.
La llamaban “la novia de las fuerzas armadas”. Famosa en su país por haber reanimado la moral de las tropas británicas durante la Segunda Guerra Mundial, incluso viajando hasta Egipto, India o Birmania para actuar en hospitales y campamentos del ejército, allí donde dicen que durmió en tiendas de campaña y chozas de barro, la cantante Vera Lynn jamás pensaría que, cuarenta años después de eso, se convertiría en una de las musas de Pink Floyd. La canción “Vera”, en efecto, fue una suerte de homenaje de Roger a aquella época de destrucción y caos, en el que la voz de Vera Lynn caía como un bálsamo. Desolación y esperanza, horror y supervivencia en mínimas estrofas, todo bajo la reconstrucción poética de una de las leyendas vivas del rock inglés, cuyo padre murió en 1944 después de un combate entre británicos y alemanes en la tristemente célebre batalla de Anzio, en Italia. El pasado sigue acechando: la muerte de su padre es considerada por la crítica especializada como una obsesión de toda su vida artística y en ella se expresa la balada “Vera”, espejo y memoria.
La historia de Vera Lynn, en rigor, se enseña en las escuelas británicas. Fue ella quien creó Sincerely Yours, un programa de radio dedicado a enaltecer a los soldados ingleses que combatían en otros países. En ese espacio masivo y popular, Vera Lynn cantaba canciones y leía mensajes que le enviaban los familiares de los soldados, confiando en su gran capacidad narrativa. El programa era tan escuchado que Vera, apodada por el público como “The Forces’ Sweetheart”, se convirtió en una especie de heroína patriota que durante media hora alumbraba la vigilia después de las noticias del domingo por la noche. Uno de esos soldados a los que Vera dedicó un mensaje, sin ir más lejos, había sido Eric Fletcher Waters, el mismísimo padre de Roger, alguien que encontraría la muerte fusil en mano, en el campo de batalla, como tantos otros.
Lo cierto es que, tiempo después, Roger Waters reconocería que se inspiró en la melancólica letra del clásico de Lynn, “We’ll meet again”, grabada en 1942 y que se transformó en un himno de los familiares de los soldados, para componer “Vera” e incluirla como pasaje reparador en el disco The Wall. Luego, en la película de Alan Parker, de la cual el año pasado se cumplieron 40 años, la canción aparece como una metáfora sobre la vida de Pink, personaje central que busca encontrar un “cielo azul” ante tantas nubes oscuras. “Ese acto de optimismo parece ser la búsqueda de un padre perdido en alguna parte del campo de batalla y también la búsqueda de la verdad sobre el vivir”, escribió un crítico de cine sobre aquella mítica secuencia.
“Vera fue una cantante y compositora inglesa muy popular durante la Segunda Guerra. Su mayor hit fue ‘We’ll Meet Again’. Nuestra Vera, a quien se recuerda muy afectuosamente en Inglaterra, murió a los 103 años. Así que tuvo una vida condenadamente larga, bendita sea”, dijo Roger Waters al pie de un video que subió a sus redes en agosto de 2020, tema que tocó junto a su banda en la distancia pandémica. En la grabación, ligada a Vera, y tal como había ocurrido en The Wall, aparecía la canción “Bring the Boys Back Home” (”Traigan a los chicos de vuelta a casa”). Sobre esto, Waters también tenía unas palabras conmemorativas: “Mi padre nunca volvió a casa, pero al menos en 1944 él luchaba para defender su hogar. No como ahora. Ahora los chicos luchan y mueren en guerras coloniales para que un rico cabrón se haga más rico. Si estuviera en mis manos, los traería de vuelta a casa mañana”.
A finales de 2022, de hecho, ambos temas formaron parte del último EP de Roger Waters: The Lockdown Sessions. Compuesto por seis canciones, y grabadas en la casa del músico durante la cuarentena entre 2020 y 2021, en él hay tres clásicos de The Wall: “Mother”, “Vera” y “Comfortably Numb”. Los acordes epifánicos de Roger parecen salir de la pantalla directamente a los escenarios, donde “Vera” –mayormente interpretada en formato acústico de guitarra y voz– suele ser una fija del repertorio y una de las más celebradas por el público.
“En lo que concierne a los álbumes que hice con la banda”, dijo Waters en una entrevista reciente, “la disputa es entre The Dark Side of the Moon y The Wall. No me gustaría tener que elegir entre los dos, me gustan casi de la misma manera, pero si realmente me pedís dar solo un nombre, entonces te digo The Wall”.
Vera Lynn fue longeva y símbolo de resistencia nacional: murió a los 103 años, en junio de 2020, bajo un mundo en plena pandemia. En septiembre de 2009, mucho después de su retiro, Lynn encabezó la lista de álbumes británicos con una colección de mejores éxitos titulada Nos encontraremos de nuevo: lo mejor de Vera Lynn. Alcanzó el primer puesto, a pesar de la competencia por el lanzamiento de álbumes remasterizados de los Beatles. En marzo de 2020, justo antes de cumplir 103 años, Lynn había animado a la población a recuperar “el mismo espíritu que tuvimos durante la guerra”.
Hasta la Reina Isabel II tomó prestado el título de su famosa canción durante un discurso. “Vendrán días mejores, reencontraremos a nuestros amigos, reencontraremos a nuestras familias, nos encontraremos de nuevo”, dijo la monarca en aquel tiempo donde el coronavirus significaba muerte. La mítica frase con la que la vocalista tituló su éxito más grande, “Nos volveremos a encontrar”, sigue teniendo nuevas resignificaciones en la simple, triste y bella “Vera”, la misma que se inmortalizó bajo la firma de un Roger Waters que, hoy octogenario y en tour de despedida, nunca deja de abrazarla como acontecimiento cultural de uno de los trabajos más épicos de la historia del rock: aquel undécimo álbum de Pink Floyd lanzado en 1979 y que rompiera una buena cantidad de récords.
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