Tras la polémica, Nora Cárpena volvió a hablar sobre Guillermo Bredeston: "No estamos listos para el final"

La semana pasada, Nora Cárpena brindó una nota en la que se explayó largamente sobre el presente de su marido, Guillermo Bredeston , quien se encuentra postrado y constantemente asistido tras sufrir un ACV en 2008 y otros cuatro desde entonces.

"Soy realista. Ya no tengo esperanzas", le dijo la actriz a la revista Pronto. "Quiero que Guillermo sufra lo menos posible. Me gusta que me sonría, que me mire. Pero a veces lo veo conectado a esas máquinas y es difícil. Si (él) pudiera hablar, pediría la eutanasia. No te quepa duda".

Las declaraciones generaron una inmediata reacción entre quienes supieron comprender lo que decía la actriz y quienes lo entendieron como un pedido de eutanasia. "No entendí muy bien por qué la polémica, porque yo dije lo que se que él piensa y él quiere (...). Pero no estamos listos para el final, nunca se está listo para eso", aclaró esta tarde la actriz, en diálogo con Intrusos. "En este momento no sufre, no siente dolor, pero qué pasaría si empezara a ahogarse...".

Además, Cárpena explicó que los médicos se resisten a internarlo, y que ella coincide en que lo mejor es que esté en su casa. "Mira fútbol, pero no se si fija la vista. La radio está permanentemente prendida. Sonríe cuando ve a los nietos. A veces llora también", dijo conmovida. "Yo trato de no llorar delante del él. (...) Le comento cosas que veo en televisión. Le hago escuchar audios de Moria y se sonríe. Hay voces que él identifica mucho".

Al ser consultada acerca de cómo se había modificado su vida a partir de las complicaciones que fue sufriendo la salud de su esposo, la actriz fue muy clara: "Te cambia todo. Es un momento difícil, pero tengo la suerte de tener una familia que me apoya, dos hijas maravillosas, nietos, mi hermana, amigos entrañables y también trabajo, porque lo necesito. Puede parecer una frivolidad, pero no es barato".

Finalmente, Cárpena enumeró qué es lo que más extraña de su marido. "Me gustaría compartir más cosas con él. Extraño la charla, él me acompañaba mucho, salíamos a comer con amigos", comenzó. "Se está perdiendo de verme hacer un trabajo maravilloso [la obra teatral No creo en Dios... Acabo de conocerlo], me hubiera encantado que él esté sentado en la platea viéndome, y que disfrute de los chicos, de los nietos… Se lo merecía. Hizo algunas macanas, pero no tantas. Hemos hablado todo lo que teníamos que hablar, antes de la enfermedad. El balance dio bien, estamos en paz. Somos seres humanos, todos cometemos errores".