El mundo del rock, también en la mira por denuncias de abusos

Luego de años de silencio y sufrimiento, las primeras denuncias públicas de abuso contra el productor Harvey Weinstein lograron dar fuerza a muchas personas para que revelen que fueron víctimas de situaciones violentas por parte de nombres consagrados de la meca del cine. Este momento de alivio y sinceramiento parece ahora extenderse hacia el universo musical, en donde mujeres y hombres comienzan a contar sus experiencias con grandes personalidades del universo del rock, que durante años se jactó de ser parte de una sagrada trinidad junto al sexo y las drogas. Hoy, por el contrario, está en la mira.

Hace algunos días la cantante canadiense Alice Glass posteó en su muro de Facebook una denuncia contra su compañero en el exitoso grupo Crystal Castles, afirmando que durante meses él le suministraba drogas y alcohol para que pierda la conciencia y mantener relaciones. La situación continuó años más tarde y sumó más violencia, como una vez que la lanzó contra el asfalto en una golpiza o amenazó con tirarla de una escalera.

Esta misma semana la banda de rock alternativo de Nueva York Brand New debió suspender la gira que se esperaba los volviera populares luego de que su cantante, Jesse Lacey, admitiera las denuncias de hostigamiento de una fanática menor de edad, a la que justificó diciendo que sufría de una adicción al sexo .

En ocasiones no se trata de nuevas denuncias surgidas tras el escándalo con Weinstein, sino que muchos periodistas comenzaron a recordar viejas entrevistas o incluso libros en donde se ve naturalizados estos delitos.

El líder de Red Hot Chili Peppers , Anthony Kiedis, publicó hace una década una autobiografía en la que cuenta con detalles cómo mantuvo relaciones con una niña de 14 años teniendo él 23, quien se había acercado a la banda tras un concierto. En tono jocoso, Kiedis recuerda que la niña era la hija del jefe de policía de Louisiana y que las autoridades salieron a buscarlo. El vínculo quedó plasmado en la canción Catholic School Girls Rule.

En 1975, el cantante de Aerosmith, Steven Tyler , comenzó a mantener relaciones con una adolescente de 16 llamada Julia. Cuando empezaron a verse con tanta asiduidad y las giras de la banda lo obligaban a viajar por todo los Estados Unidos, el artista consiguió un permiso de la madre de la joven para tener su custodia legal. Cuando ella se enteró que estaba esperando un hijo, el cantautor la obligó a interrumpir su embarazo y terminó el vínculo, según relató años después.

El bajista Bill Wyman, quien tocó con los Rolling Stones de 1962 a 1993, se casó en 1989 con la modelo Mandy Smith, cuando él tenía 52 años y ella 18. Tres años más tarde, se divorciaron en medio de un escándalo en el que ella denunció que el músico la había inducido a tener relaciones cuando sólo tenía 14.

El debate -que no es para nada nuevo y que para muchos comenzó con las denuncias contra Woody Allen por parte de su hija adoptiva Dylan- es si es posible separar a un artista abusador de su obra. Es un terreno difícil, ya que en ocasiones esa distinción no parece posible, como en el caso de los chistes que el mismo Louis C.K. escribía para sí, que hoy se ven bajo otra luz.

El mundo del rock, que tradicionalmente fue dominado por hombres, también está en la mira en nuestro país. A las desagradables declaraciones de Gustavo Cordera se suman las recientes denuncias a los cantantes de Salta La Banca, La ola que quería ser chau y El otro yo.

Pero los abusos no parecen ser exclusivo de un género musical: el ídolo del R&B R. Kelly no sólo mantuvo un noviazgo con la fallecida cantante Aaliyah cuando ella era menor de edad sino que a mediados de este año padres de dos adolescentes denunciaron que mantenía a jóvenes encerradas en su mansión en una suerte de culto pagano vinculado a la sexualidad.

El manager de divas como Jennifer López o Mariah Carey, Benny Medina, también fue denunciado. En este caso, el actor Jason Dottley aseguró que nueve años atrás intentó violarlo en su propia casa.