Un obispo déspota con toques de villano: cómo es el último personaje que interpretó Arturo Bonín

El mundo artístico perdió este jueves a una figura clave: al prolífico y talentosísimo Arturo Bonín. La noticia fue confirmada por sus familiares, quienes despidieron al intérprete con sentidas palabras.

“Con profunda tristeza comunicamos el fallecimiento de Arturo Bonín. Agradecemos a todos los que nos han acompañado en esta difícil etapa y a todos los que sienten su pérdida. Arturo amó su profesión de actor y director y ha tenido el privilegio de vincularse y compartir hermosos momentos con tantas personas que lo quieren y respetan. Agradecemos todo el afecto recibido”, publicó la familia del artista en un comunicado.

Asimismo, la Asociación Argentina de Actores le dedicó un especial mensaje en Twitter: “Con gran pena despedimos al actor Arturo Bonín, de prestigiosa trayectoria en teatro, cine y televisión. Estaba afiliado a nuestro sindicato desde 1973. Abrazamos en este momento de dolor a su compañera, la actriz Susana Cart, a sus hijos, familiares y seres queridos”. Asimismo, trascendió que el artista, quien falleció a los 78 años, no tendrá velatorio, entierro ni ceremonia religiosa.

Su último personaje

La extensa trayectoria de Bonín culminó con un interesante papel televisivo en la ficción de Polka para eltrece, La 1-5/18, que se estrenó el 20 de septiembre de 2021 y que actualmente se encuentra en instancias decisivas. La novela escrita por Jessica Valls, Lily Ann Martin y Marcelo Nacci, tiene como epicentro el barrio rebautizado “La Peñaloza”, al cual el obispo personificado por Bonín llega como consecuencia de la decisión de su sobrino, el Padre Lorenzo (Esteban Lamothe), de ayudar a sus habitantes, elección a la que su tío se opone ipso facto.

Con un marcado despotismo, el hombre no comparte el trabajo que realiza el hijo de su hermana (Nora Cárpena), y lo visita constantemente para alejarlo del barrio y de todos los que encontraron en él a un hombre en quien apoyarse. Con el correr de los episodios, Bonín se fue convirtiendo en una presencia magnética e imprescindible en la ficción a través de un papel que simbolizaba “la otra cara” de la Iglesia dentro de los barrios populares y su postura intransigente ante ciertos hechos que fueron sucediendo en el lugar, como cuando se opuso al matrimonio igualitario, ganándose el repudio de todo el barrio.

“Voy a hacer todo lo posible para que vayas a un monasterio a reflexionar, porque lo que hacés te puede costar la expulsión de la Iglesia”, amenazó a Lorenzo en una muy buena escena en la que queda en evidencia que el obispo también temía el daño colateral que podía sufrir su sobrino al combatir el narcotráfico con sus propias manos.

Al mismo tiempo, el obispo mostró ciertos rasgos de villano cuando su sobrino le confesó que se enamoró de una mujer, Lola (Agustina Cherri). Si bien en determinados momentos buscó la forma de alejarlo nuevamente de “La Peñaloza”, en otras oportunidades demostró que sentía afecto genuino por Lorenzo y que le dolía tanto como a él la encrucijada en la que se encontraba (en una ocasión lo protegió de un “escrache” a manos de Charo, la hermana de Lola).

Bonín compartió la mayoría de las escenas de la 1-5/18 con Lamothe, y la última vez que vimos al obispo fue cuando comunicó la noticia de que iba a partir al Vaticano.

Recientemente, su personaje apareció fuera de campo, cuando llamó a Lorenzo para comunicarle el fallecimiento de su madre, un punto de quiebre para el cura, quien todavía no resolvió su conflicto interno: qué hará con sus sentimientos hacia Lola, uno de los cabos sueltos de la ficción de cara a su final.

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