Por fin otra gran comedia musical
La desgracia
Libro, letras, coreografía y dirección general: Juan Martín Delgado/ música: Francisco Martínez Castro/ intérpretes: Mariano Condoluci, Andrea Lovera, Belén Ucar, Patricio Witis, Micaela Romano, Nahuel Adhami, Sol Bardi, Lucas Noacco, Chechu Vargas, Antonella Fittipaldi, Federico Stegmayer y Evelyn Basile/ escenografía: Magalí Acha/ luces: Silvia Otero y Leandro Fretes/ vestuario: Marisol Castaneda/ sonido: Benjamín Engratt/ producción ejecutiva: Enrique Jáuregui/ dirección vocal: Vicky Loescher/ sala: El Galpón de Guevara, Guevara 326/ funciones: lunes, a las 21/ duración: 90 minutos/ Nuestra opinión: muy buena
Para aquellos que amamos el género musical es un placer inmenso cuando uno acude a ver una obra donde se puede reafirmar con contundencia que el género está creciendo a pasos agigantados en el país. Y el germen, sin lugar a dudas, está en el circuito independiente, en el "hacer" sin parar, con riesgos, pasión y seguridad por lo que se hace. La desgracia es una comedia musical que no tiene nada que envidiarle a cualquier trabajo de la avenida Corrientes. Es más, algunas producciones de esa arteria comercial deberían observar un poco más a obras como esta para aportar un poco más de creatividad y excelencia.
La anécdota podría parecer sencilla, pero no lo es tanto. En un pueblito, aparece una terrible enfermedad mortal de origen sexual que produce un pánico generalizado. El médico del pueblo descubre la cura para esa enfermedad (llamada La desgracia) pero lo encuentran asesinado en su consultorio. A partir de ese disparador, el dramaturgo Juan Martín Delgado hará saltos temporales permanentes con testimonios de los personajes para que el espectador vaya descubriendo cuáles pueden ser las causas del homicidio o del origen del conflicto a través de las peculiares personalidades de cada uno de sus habitantes.
Una de las principales virtudes de esta obra es su dramaturgia y su música. Ambas áreas logran una sociedad perfecta para volver verdadero el lenguaje del género y conseguir un clima altivo que no decae en ninguno de los 90 minutos de espectáculo. La desgracia es una garantía de diversión, a través de un humor que coquetea con la parodia sin serlo, pero que, sobre todo, fluye naturalmente por las diferentes líneas de lectura que ofrece este texto tan inteligente como pícaro. Delgado encuentra a un gran socio en Francisco Martínez Castro ya que las canciones impulsan la acción, le ponen acentos a la historia y fluctúan por diversas melodías que, por momentos, hacen que el espectador se contagie esa rítmica y entre en un código que lo llevará desde la balada hasta el gospel furioso.
Pocas veces es auspicioso el resultado cuando un creador se erige en responsable de tantas áreas clave como libro, letras, dirección y coreografía. Podría decirse que la mayoría de las veces no funciona cuando alguien toma el poder de tantas áreas creativas. Pero esta es la excepción. Juan Martín Delgado hizo todo muy bien. Su puesta es ágil, tiene habilidad para el manejo de las escenas de masa, un ritmo constante en los momentos musicales y el tempo exacto para las escenas de texto hablado. Por momentos, La desgracia se vuelve una sucesión de gags muy bien hilvanados, que no dan respiro a la carcajada y desembocan en aplausos espontáneos.
Parte de lo grandioso de esta obra es el elenco impecable que consiguió armar Delgado. Mariano Condoluci encarna a la enfermera Nora, con desparpajo, mesura y gran presencia escénica. Es, también, ideólogo del proyecto, junto con el director. Con el personaje de la intendente Leonor, Andrea Lovera vueve a demostrar que está para trabajos importantes. Además de poseer una voz prodigiosa, es una excelente actriz con un manejo preciso de la comedia, se vuelve una topadora. Del mismo modo, Belén Ucar se consolida en un protagónico que sabe degustar con maestría. Patricio Witis hace aquí uno de sus mejores trabajos, al igual que Micaela Romano y Nahuel Adhami, que vuelven enormes a personajes que podrían ser más pequeños. Todos ellos acompañados de un ensamble talentoso y vocalmente impecable. En este punto es mérito del director el trabajo puntual con cada uno de ellos. Los rubros técnicos, todos acordes con la calidad de esta propuesta, una de las mejores de la temporada, sin lugar a dudas.
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