Justicia por mano propia: una historia de mensaje peligrosamente ambiguo
Luego de anunciarla durante varias semanas como una de las apuestas fuertes del mes, comenzó Justicia por mano propia, miniserie brasileña que a lo largo de 16 episodios contará cuatro historias distintas, protagonizadas por personajes diferentes. De lunes a jueves, cada día de la semana se centrará en un relato distinto, y los lunes la protagonista será Elisa (Débora Bloch), una mujer cuya hija Isabella (Marina Ruy Barbosa) fue asesinada a tiros por su pareja.
La primera escena muestra Elisa revelándole a su novio que quiere separarse. El hombre no entiende la razón de esa decisión, y ella le dice que es porque al día siguiente asesinará a Vicente (Jesuíta Barbosa), la persona que mató de cinco disparos a su hija. Luego de permanecer siete años en prisión el homicida saldrá libre, y Elisa considera que la única forma de hacer justicia por la memoria de su difunta hija es asesinando al culpable. Inmediatamente, el episodio entra en un flash back que permite conocer a fondo la historia de Vicente e Isabella.
Todo comienza con una lujosa fiesta en un barco. Isabella se divierte junto a su novio, y ante la sorpresa de amigos y familiares ambos revelan que pronto se casarán. Pero no a todos entusiasma esa noticia. La propia Elisa no mira con buenos ojos a su yerno, y un exnovio de Isabella no puede esconder su malestar, algo que provoca un fuerte cruce con Vicente. Por otra parte, en la intimidad la pareja pelea constantemente, y él la cela de manera obsesiva.
La fecha de la boda se acerca, e Isabella comienza a dudar. Ella no sabe si realmente quiere casarse con Vicente. La situación empeora aún más cuando la empresa familiar de su futuro marido se declara en quiebra, por lo que la vida de lujos y frivolidades tiene los días contados. Esa noticia termina de decidir a Isabella, que frente ese panorama resuelve que debe cancelar el compromiso. Mientras tanto Vicente no sospecha nada, y durante una borrachera llega sorpresivamente en la casa de su futura mujer, solo para encontrarla manteniendo relaciones con su ex pareja. Ante esa situación, él no duda en sacar un arma de fuego y matarla.
Luego la historia vuelve al presente, al día en el que Vicente sale de la cárcel. Elisa está a pocos metros, escondida, y con un revolver apuntando a su ex yerno. Pero no puede ejecutar su plan, porque cuando está por apretar el gatillo aparece en escena una niña que abraza a Vicente llamándolo "papá". El hombre la levanta y le da un beso, el nombre de la pequeña es Isabella. En ese momento Elisa descubre la verdad: Vicente aún en prisión volvió a construir una familia, con una hija y una nueva esposa.
Humanizar al victimario
La primera entrega de Justicia por mano propia gira alrededor de un femicidio. Vicente, el novio de Isabella, no tolera ser víctima de una infidelidad, y por ese motivo asesina a su pareja. No es la primera vez que una serie retrata este tipo de historia, pero aquí hay un mensaje subyacente que resulta peligroso. A lo largo del episodio, Vicente muestra numerosas actitudes violentas. Celar extremadamente a su pareja, controlar su forma de vestir y entender el sexo de una manera que bordea la agresión, son indicios de su naturaleza violenta. Hasta esa instancia, es evidente que el hombre considera a su novia un bien de su posesión, pero el discurso comienza a ponerse ambiguo cuando llega el momento de representar a Isabella. Mentirosa, frívola, infiel, manipuladora e interesada, la joven es desde el guión una persona con la que resulta muy difícil empatizar. De ese modo el eje narrativo pareciera estar más puesto en Vicente que en Isabella, en el victimario más que en la víctima. Y ese se convierte en un ángulo poco adecuado a la hora de contar un femicidio, porque la historia termina humanizando al femicida.
En su objetivo por sembrar polémica y por debatir las diferencias entre justicia y venganza, el mensaje de la primera historia peca de peligroso. En episodios posteriores, y según se vio en el avance, Vicente es mostrado como alguien que, atravesado por una emoción violenta, cometió un error que lo carcomerá de por vida. Que su hija se llame Isabella, de hecho, es un signo nefasto que pone aún más el acento en el hombre como posible víctima de las circunstancias. Por otra parte, el futuro también presenta como villana a Elisa, mostrándola como una mujer que quiere eliminar a su ex yerno, una persona que solo buscó rehacer sus vínculos afectivos.
Una vez más, hay que decir que es una forma poco feliz de contar la historia de un femicida. Pero más allá de todo esto, el avance mostró un detalle de especial mal gusto. La nueva pareja de Vicente, se refiere al femicidio de Isabella como un "crimen pasional". Esa equivocada manera de caratular un delito de género es imposible de escuchar sin sentir que la serie está tomando el camino equivocado, y que efectivamente Vicente parece más la víctima de una mujer que le fue infiel, que un hombre que mató a su pareja.
Las otras historias
Presentada la trama que gira alrededor de Elisa, restan conocer a los otros protagonistas. El martes será el turno de Fátima (Adriana Esteves), una mujer que es acusada injustamente por narcotráfico y que debe enfrentar una sentencia en prisión. Sabiendo de su inocencia, ella no dudará en cobrarse venganza del hombre que la mandó tras las rejas. La tercera saga es la de Rose (Jéssica Ellen), una joven encarcelada por posesión de drogas y que ve cómo su amiga no hace nada para ayudarla en el momento del arresto. El cuarteto de protagonistas lo completa Mauricio ( Caua Reymond ), un hombre que le practica la eutanasia a su novia luego que ella sufriera un accidente y quedara tetrapléjica. Cada día de la semana, y a lo largo de un mes, cada personaje llevará adelante su propio conflicto dentro de una serie que en su debut, sembró polémica lamentablemente no por su tema, sino por la forma de retratarlo.
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