Streaming: La Costa de los Mosquitos es una larga crónica de un viaje a ninguna parte

La Costa de los Mosquitos (The Mosquito Coast / EE. UU., 2021). Showrunners: Tom Bissell y Neil Cross. Fotografía: Alex Disenhof, Guillermo Garza y Alejandro Martínez. Música: Antonio Pinto. Elenco: Justin Theroux, Melissa George, Logan Polish, Gabriel Bateman. Disponible en: Apple TV+. Nuestra opinión: regular.

Hasta ahora, casi todo lo que sabíamos (y suponíamos) de La costa Mosquito tenía que ver con la película de 1986, dirigida por Peter Weir, que alcanzó con el tiempo ribetes de clásico. El personaje central era Allie Fox (Harrison Ford), un excéntrico inventor estadounidense, renegado de todo lo que tuviera que ver con el american way of life y decidido a iniciar una nueva vida (y tal vez una nueva civilización) en un alejado paraje centroamericano. Allí imagina que podría hacerse realidad su anhelo de una existencia autosuficiente, alejada de cualquier tentación consumista.

Treinta y cinco años después, alguien pensó que era posible darle una vuelta más extrema a esta historia (basada en una exitosa novela de Paul Theroux) y aproximarla a los tiempos que nos toca vivir. Aquel Allie Fox descripto por Weir como un idealista utópico se transforma en la miniserie que acaba de estrenar Apple TV+ en un fugitivo incapaz de explicarles a sus propios hijos por qué quiere escapar de Estados Unidos y por qué la policía lo busca y lo persigue como a un delincuente.

¿Qué hizo Allie para huir de esa manera y exponer a su familia a toda clase de amenazas y peligros? ¿Acaso cometió algún crimen político o un atentado terrorista? El hombre nunca contestará esas preguntas. Con la complicidad de su esposa y el desconcierto de sus hijos, Allie escapa y escapa mientras habla del incierto destino que los aguarda en algún tranquilo enclave mexicano.

Tan libre resulta esta adaptación que ese destino directamente no existe. Se trata de la crónica de esa larga e interminable huida, un viaje a ninguna parte en la que parecen estar ocurriendo cosas todo el tiempo, pero en realidad no pasa nada que resulte frente a nuestros ojos trascendente o significativo para entender cuál es el lugar en el mundo de este hombre excéntrico y oscuro y de su sufrida familia.

Durante el viaje, la familia en fuga se encuentra con coyotes (término acuñado en México para definir a las personas que trasladan a través del desierto a los inmigrantes ilegales), narcotraficantes y toda clase de personajes cuyas vidas miserables resultan deliberadamente funcionales al nada sutil contexto político y social en el que decide situarse la acción. Para reforzarlo se recurre a las alegorías más elementales, desde las aves de rapiña hasta un ofidio que picará de la manera más oportuna a determinado personaje en el momento propicio. Y cuando Allie y su familia parecen enfrentarse a encrucijadas sin aparente escapatoria, siempre encuentran alguna caprichosa o rebuscada salida.

La costa Mosquito no existe más allá de una simple mención en el título. Tan distante resulta esta adaptación del texto original que reclama a gritos otro título. Tal vez “Fuga al anochecer” o algo parecido. No alcanza con las imponentes panorámicas del desierto cercano a la frontera entre México y Estados Unidos retratadas con drones, con una cuidada fotografía en tonos terrosos y con algunas escenas sofocantes que nos remiten de inmediato a películas como Traffic y Sicario.

Justin Theroux (sobrino de Paul) entrega a través de su personaje una clase magistral de cinismo, gracias a la cual a poco se transforma en el ser más egoísta y desagradable del mundo. Dice todo el tiempo que tiene las cosas claras y un plan perfectamente estudiado, pero termina confundido y sin brújula como la historia misma.