MasterChef Celebrity: Catherine Fulop protagonizó un blooper y Santiago del Moro la gastó: “Hace 40 años que vivís acá”

En el último de tramo de MasterChef Celebrity persisten aquellos que pueden decir mucho a través de sus preparaciones, en medio del inevitable tamiz de la competencia que diezmó a los que solo transitaron el concurso a fuerza de carisma.

Mediados de semana, miércoles de medalla de oro, un premio que augura alivio para aquellos que se lo lleven, y pone más cerca de la salida a los participantes que fallen en la preparación. El desafío consta de un plato solamente, complejo, de varios pasos, pero solamente uno. Sin embargo, en él se deposita la carta de la permanencia para los cocineros que atraviesen mejor la circunstancia.

Los rivales entraron al estudio con malos presagios: “Hoy van a experimentar el gusto de la jungla de una cocina profesional”, fue el vaticinio de Donato de Santis. “Va a ser más parecido que nunca a una cocina profesional de restaurant”, sumó Germán Martitegui. “Hoy hay lío”, resumió Damián Betular. Como para no estar nerviosos.

“Me da la sensación que vuelven los grupos”, aventuró Mica Viciconte y tuvo razón. Un solo plato a replicar (Magret de pato en salsa de champagne y manteca, nabo frito, puré de zanahoria, panceta crocante, remolacha e hinojos asados, chutney de mango, ensalada de rúcula y berro, vinagreta de sauco y almendras tostadas) y los ocho mejores divididos en dos equipos. Con la capitanía de Catherine Fulop, el equipo azul sumó a Mica, Paula “La Peque” Pareto y Mery del Cerro; mientras que Tomás Fonzi con delantal rojo se colocó al frente de Juariu, Malena Guinzburg y Denise Dumas.

Con los líderes de grupo como únicos testigos del plato terminado comenzó la competencia. Que fueran Tomás y Catherine los elegidos por el azar llevó a un buen clima de trabajo de ambos grupos. Los nervios se convirtieron en corridas, risas, y hasta en el equipo de Fonzi, algo de canto. Del otro lado, la noche arrancó complicada. “¿A vos cómo te sale el chutney?”, le preguntó la capitana a Mica: “No sé, decime qué es”, fue la lacónica respuesta de su compañera. Más adelante, entre capitana y participante le hicieron una emboscada a Martitegui para que ayudara más de la cuenta. Cuando se dio cuenta ya había aconsejado por demás.

Entre las corridas e imitaciones de Fonzi y las sobre explicaciones de Fulop pasaron los 55 minutos de tiempo. En el último tramo, los capitanes se encargaron de emplatar, y por ende del visto final del plato. Y entonces llegaron los problemas.

El equipo rojo fue el primero en recibir el veredicto del jurado: el pato bien, el chutney más que bien, el resto también salvo el puré pero ¿y las almendras? Mientras en el plato original se adivinaban con cierta sutileza, en la réplica del grupo brillaban por su ausencia. Un error importante que el jurado no dejó pasar: “Acá falta algo, ¿qué pasó? Te olvidaste vos o fue tu equipo. ¿Estaban y te olvidaste de ponerlas?”, lo apuró Martitegui y Fonzi comenzó a tartamudear. Un “error colectivo” que en un restaurant podría llevar a devolver el plato.

El equipo azul, por su parte, hizo todo un poco más completo, pero también un poco menos rico. Y más cuando Catherine Fulop se enredó con las palabras a la hora de describirlo. Que el pato, que el chutney, y “un crocante de tocineta”. Carcajadas generales, provocaron la disculpa de Catherine: “En Venezuela la llamamos tocineta”, se excusó. En ese momento, Santiago del Moro, la gastó entre risas: “Hace 40 años que vivís acá, Cathy”.

Entre nervios y miradas al piso, el equipo rojo se llevó la estrella de la noche. “Ganamos las estrellas a pesar de mi puré”, fue la autocrítica de Malena Guinzburg, que en el camino consiguió (al igual que Juariu) su primera estrella. Denise con dos, y Fonzi con tres pelean su lugar en la final de la competencia, que está cada vez más cerca.