Con el correr de las semanas y los meses, MasterChef Celebrity ha dejado de ser un certamen de cocina para convertirse en un espacio impredecible, donde todo puede pasar. Los jurados han dejado de ser acartonados: hacen payasadas, hablan a la cámara, se ríen abiertamente. Y del otro lado, los participantes compiten para recibirse de originales, sospechando quizás que eso pueda ayudarlos a mantenerse a flote, independientemente de sus habilidades culinarias.

El programa del martes fue un buen ejemplo. En pleno repechaje, con siete famosos “recargados” haciendo todas las gracias que fueran necesarias, Fernando Carlos llegó a la mesa de degustación y presentó orgulloso un tomate relleno que luego sería calificado de “gourmet”. Hubo chistes, un ida y vuelta con el jurado y mucha seriedad a la hora de la devolución, único momento en el que se dejan de lado las bromas. O mejor dicho se dejaban, porque Damián Betular cerró su juicio diciendo: “Para mí este plato es la evolución del tomate relleno. Es como un Pokémon”.

Y claro, ante semejante análisis se perdió cualquier atisbo de seriedad y compostura. “Betular no sabe que lo imitás en la radio”, le dijo al participante Santiago del Moro, y el periodista aprovechó para mostrar su histrionismo. Primero fueron los gestos y después la voz: “Fernando, contame cómo lo preparaste. Hay un buen sazón. Hay un cocinero que se está despertando”, y demás lugares comunes del chef.

El que más disfrutó el momento fue Germán Martitegui: “La voz es espectacular”; y el que menos, fue el mismísimo imitado: “¿Tan finito hablo? Mañana engroso un poco”.

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