Reseña. Andar la tierra, de Gabriela Mistral
La chilena Gabriela Mistral (1889-1957) fue el primer Premio Nobel de Literatura latinoamericano en 1945 y quizá no sea casualidad que antes de la concesión la poeta se haya dado una vuelta por Estocolmo. Andar la tierra es una compilación de textos que la presenta no solo como viajera empedernida sino también como “pensadora del viaje”, como la define la compiladora, su compatriota Lina Meruane.
El volumen no se compone solo de las usuales crónicas, sino también de poemas, cartas y ensayos que reflejan la capacidad de observación de la escritora. Está dividido en cuatro partes, que permiten abordar esa producción desde distintos ángulos. La primera, “La mística viajera”, se centra mayormente en poemas que reflejan su modo de viajar. La siguiente, “Lo que surea la tierra”, se detiene en textos como “Elogios de la tierra de Chile”, vale decir, la mirada sobre su país, pero también incluye otro, “La pampa argentina”, donde prima el desconcierto por esa llanura tan distinta a los paisajes natales de montaña.
La tercera sección (“Lo que anda anotando”) atiende las primeras salidas de Chile de la poeta, en particular a México. El cuarto apartado, “La de los pies cansados”, refleja su actividad nómada desde 1932 hasta 1957, dedicada, como antes Neruda, a las tareas consulares: Génova Lisboa, Niza, Brasil, México, Rapallo (en Italia) y Nueva York. La mayor parte de este último material importa menos por su reflejo de esos lugares que por las muchas cartas que intercambia con otros escritores (de Alfonso Reyes a Victoria Ocampo). El libro incluye fotos poco conocidas y una útil cronología.
Andar la tierra
Por Gabriela Mistral
Fondo de Cultura Económica
376 páginas
$ 25.000







