Reseña: Busco similar, de Nicolás Artusi
Perfil novelado, autoficción con segmentos ensayísticos, comedia gay con dosis de suspenso y retrato de un personaje extravagante y mitómano, suerte de Ripley del conurbano bonaerense, la primera novela del periodista y conductor Nicolás Artusi, Busco similar, ahonda en la década de 1990 a partir de la historia de dos amigos. En ese entonces, señala el narrador, habitaron “los últimos homosexuales”, como los define el investigador Ernesto Meccia (citado en el relato), en una cartografía con hitos porteños bien definidos: la avenida Santa Fe como zona de “yire”, la discoteca Bunker, Tower Records, los cines (comerciales y pornos), las citas a ciegas en bares o esquinas, y el circuito de teatros y restaurantes de artistas, todo con la amenaza de los edictos policiales (que se derogaron bien entrada la década). Al sesgo, se superponen apuntes sobre el periodismo gráfico: cierres de trasnoche en las redacciones, viajes internacionales y el surgimiento de una agenda juvenil de aspiraciones globales.
“Apenas estaba saliendo de la adolescencia y, recién advertido de que no era el único en el mundo, quería conocer a otros como yo”, rememora el narrador. Busco similar toma su título de la respuesta a un aviso publicado en el servicio epistolar que ofrecía alguna de las revistas gays, antecedente de las “líneas hot” y las apps de citas. “Joven de 18 años fanático del cine, ir a bailar y salir a correr: busco similar”, firmaba “Gastón”, nombre de fantasía, al que responde Javier Ricaud. El encuentro no da lugar a un romance sino a “una de esas amistades espontáneas y flamígeras en las que no caben la desconfianza ni el deseo”. A lo largo de las páginas, sin embargo, ambos impulsos, regados con ambigüedad, irán floreciendo de manera exótica.
Con buen tino, Artusi cuenta la historia como si hubiera ocurrido en un pasado reciente, y no décadas atrás. Más a la manera de un mitólogo amateur que de un documentalista, rehace recorridos y costumbres (para las nuevas generaciones de lectores, algunas parecerán de museo, como el hecho de ver películas en formato VHS), ansias, temores (el VIH) y el protocolo de una educación sentimental casi nunca solitaria y gobernada por dos mandatos: la alegría y la juventud.
Paul Auster, en La invención de la soledad, afirma que la anécdota es una forma de conocimiento. En Busco similar, las anécdotas, además de afinar al personaje de Javier (también bautizado “la Viuda” por su gusto por la ropa de color negro), condensan un momento histórico actualmente en consideración pública (el menemismo) por su renovación tecnológica, su exitismo y las promesas de integración al mundo para un sector social. Y, también, por su impacto en el periodismo: “El gran diario en el que estaba trabajando pasaba a imprimirse a color y la máxima que circulaba por la redacción guardaba en su entraña el huevo de la serpiente: había que hacer un diario que se pareciera a la televisión […]. Fue el principio del fin”.
Busco similar
Por Nicolás Artusi
Seix Barral
192 páginas, $ 17.900