Vuelve, con música, El jardín de los Finzi-Contini
La música ha devuelto a la luz la obra de uno de los grandes escritores italianos del siglo XX. El 27 de enero de este año, Día Internacional de la Memoria del Holocausto, se estrenó en el Museum of Jewish Heritage, de Nueva York, la ópera El jardín de los Finzi-Contini, música de Ricky Ian Gordon y libreto de Michael Korie, basado en la novela homónima de Giorgio Bassani (1916-2000). En ésta, el novelista narra la decadencia y la muerte de una gran familia judía de Ferrara durante el fascismo, así como el papel protector que había cumplido respecto del resto de la colectividad, a la que las leyes raciales habían prohibido el acceso a bibliotecas y clubes deportivos, entre otras actividades. La imponente villa de la familia, hasta entonces cerrada a los extraños, se abrió para brindar solaz, libros y cancha de tenis a quienes lo deseaban.
La producción de la puesta operística fue realizada por la New York City Opera y el National Yiddish Theatre Folksbiene. El texto de Korie, escrito en inglés, fue traducido casi de inmediato al italiano y hebreo, para que el espectáculo se representara más adelante en Italia y en Israel. Por otra parte, hay un aniversario: se cumplen cuarenta años de la publicación de la novela, que recibió el Premio Viareggio de 1962.
Bassani tuvo mucha importancia en la literatura italiana del siglo XX como autor y como editor de Feltrinelli: él fue quien reconoció la calidad del que sería un clásico contemporáneo, El Gatopardo, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, y lo publicó.
De El jardín de los Finzi-Contini, se hizo una adaptación cinematográfica en 1970, dirigida por Vittorio De Sica, que ganó el Oso de Oro en el Festival de Berlín de 1971 y el Oscar a la mejor película extranjera en 1972. Sin embargo, el escritor exigió y obtuvo que se retirara su nombre de los créditos: estaba en desacuerdo con la versión de De Sica. Con razón, Bassani consideraba que el director no había respetado su novela porque había dado como consumada, además de mostrarla, la pasión entre Micòl Finzi-Contini y su amigo Giampiero Malnate; mientras que, en el libro, esa era una fantasía o una sospecha del narrador.
De haber estado vivo, el novelista italiano sin duda se habría indignado con el libretista de la ópera, Korie, porque éste hizo de los sentimientos ambiguos del hermano de Micól, el joven Alberto Finzi-Contini, una pasión ardiente por Malnate, convertido en objeto de deseo de ambos hermanos. Gordon, el compositor, y Korie, su libretista, declararon que, como eran gays, decidieron inventarle a Alberto un interés sexual por Malnate, aunque esa ocurrencia ofendiera la estética de matices de Bassani; por si fuera poco, incluyeron una escena de sauna en la que Malnate (interpretado por el atlético y apuesto barítono Matthew Ciuffitelli) aparecía desnudo. Gordon y Korie justificaron esa licencia con una cita. En la novela, el narrador le comenta a Malnate que, años atrás, el doctor Fadigati, un prestigioso otorrinolaringólogo de Ferrara, había sido víctima de rumores. Los distinguidos moralistas burgueses que habían frecuentado el elegante consultorio del médico como una tertulia de alto nivel comentaban en casas y clubes exclusivos que Fadigati era uno de esos… Poco a poco la sala de espera del desdichado se vació. Abandonado por quienes lo habían agasajado, se suicidó. A ese episodio, Bassani le había dedicado una de sus nouvelles más hermosas, Los anteojos de oro, de 1958, que el director Giuliano Montaldo llevó al cine con Philippe Noiret y Rupert Everett (1987).
Korie escribió, entre otros libretos, la adaptación a comedia musical de los films Doctor Zhivago y Green Gardens; y de Harvey Milk a ópera. Ricky Ian Gordon compuso con arrojo la ópera Viñas de ira, basada en la novela de John Steinbeck; y la comedia musical My Life with Albertine, selección de textos de En busca del tiempo perdido, de Proust, adaptados por el mismo compositor y Richard Nelson. Este último, multipremiado dramaturgo de riesgo, ganó el Tony al mejor libretista con la comedia musical Joyce’s The Dead, en 2000. La Fortuna ayuda a los temerarios.