El bordado es más que un arte o una manualidad, es una labor compartida que, además de servir para decorar, genera comunidad
De un almohadón a una manta, las aplicaciones del bordado son infinitas. Artistas creativas nos cuentan sus historias y nos invitan a dar puntada con hilo.
¿Arte o labor? | El bordado es mucho más que un puñado de mujeres del siglo XVIII, frente a una chimenea chispeante, llevando al día sus labores. Más allá de los fines prácticos de esta maravillosa tarea manual, con el tiempo comenzó a utilizarse para fines artísticos. Soledad Erdoccia, alma máter de Perfecta Couture!, comenta: "Creo que el bordado comenzó a utilizarse dentro del arte con el movimiento feminista de los años 70, y de allí fue creciendo. Al principio sólo lo usaban artistas mujeres, pero más tarde los hombres también lo emplearon como recurso estético para sus obras, y hay artistas que sólo se dedican a bordar, como Leo Chiachio y Daniel Gianone. http://chiachiogiannone.com/" También recuerda que en la Argentina ya se utilizaba en los ’90", y aporta que en 2007 ella misma, junto a Malena Pizani, fueron curadoras de una muestra de artistas contemporáneos de la talla de Nicanor Aráoz, Catalina León y Guillermina Baiguera, quienes aplicaban el bordado. En esa ocasión, se sumaron también obras elaboradas sin fines artísticos, como para retomar el debate infinito sobre qué es arte y qué es labor.
Tipologías y recursos | A la hora de las clasificaciones, Erdoccia explica: "Existe el bordado sobre tela, en relieve, ñandutí y tenerife, con puntos contados (punto cruz y medio punto), el bordado japonés (sashiko), chino, ruso o aguja mágica, y luego debe haber otros que no recuerdo o desconozco". Y agrega: "También el mismo bordado tradicional se puede aplicar a distintos soportes, como el papel, una reja o un pedazo de madera agujereada; hay muchas aplicaciones experimentales de las distintas técnicas", detalla, y nos deja pensando e inventando mentalmente. En el taller de Soledad se difunden estas prácticas textiles, así como su aplicación al collage sobre tela. El resultado de las diversas técnicas –solas o combinadas- puede aplicarse en la decoración, la indumentaria y hasta en los accesorios. Ella nos anima a empezar y agrega: "Hay que arrancar, teniendo en cuenta que es una labor bastante lenta. Siempre les digo a mis alumnos que depende mucho de la personalidad, y que está bueno si sos una persona ansiosa o desprolija, porque eso se ve en el bordado; de lo contrario, todos bordaríamos igual y sería aburrido."
Sello de autor | Loli Hernández, creadora de Maylo Handmade, piensa como Soledad, que "cada persona le pone su impronta al bordado. Lo interesante es que el bordado no es uno solo, ni siempre sigue un patrón determinado. Es como un cuadro, la técnica puede ser la misma, pero vos ves la figura, la temática y los colores, y te das cuenta a qué pintor pertenece. Y eso es lo interesante". Por su parte, cuenta que siempre tuvo una habilidad para las manualidades, en parte debido a su abuela y también gracias a una maestra de colegio, Blanquita. Su pasión es "mezclar materiales, cintas, hilos, canutillos, lanas… todo lo que encuentre ¡El cielo es el límite!". En su taller se dictan clases de bordado mexicano, con hilos, con cintas y canutillos; tienen sedes en el centro y en Nordelta.
Refugio creativo | Al gesto artístico del bordado se le suma otro, igual de valorado por sus adeptos: la pertenencia a una comunidad. Quienes gustan del bordado añoran el momento compartido frente a una mesa, las charlas, y, quizás, todo aquello que las acerca a las mujeres del siglo XVIII. Así lo confirma Camila Aparicio, creadora de Mila. "Nosotras proponemos una militancia handmade, convencidas de que hacer cosas con las manos puede cambiar nuestros días y, a la larga, nuestras vidas. Y creyentes, además, de que la mujer moderna y trabajadora es feliz creando, que es un momento para desconectarse. Así se arman grupos que tienen algo en común. Que en la práctica individual del bordado encuentran un entorno de compañeras y amigas que suman mucho". Entre sus talleres, en Recoleta, están los de bordado peruano, mexicano, chino, y para niños.
Kits para empezar | Para empezar, Reina Esmeralda comercializa una bolsa de tela con todos los materiales para comenzar: bastidor patinado, set de agujas, madejas de hilo y alfiletero. Para quienes se interesen por el bordado mexicano, Paula Caradonti ofrece un pack de bordado: tela soporte, ovijillos de lana, una aguja de bordar, un enhebrador, un bastidor, cinco diseños para combinar y un DVD con la explicación de la técnica.
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- Mila