El artista vasco Manu Pérez de Arrilucea comparte su obra y reflexiona sobre el origen natural de los objetos que nos rodean a diario
El arte inspira. Por eso, hablamos con Manuel Pérez de Arrilucea, el artista plástico español formado en Bilbao y Salamanca, quien no cuenta cómo se puede incorporarlo en la vida cotidiana y de qué forma trabaja él su creatividad.
LIVING: ¿Cuáles son los materiales que preferís para trabajar?
Manuel Pérez de Arrilucea: Me dedico más que nada a la escultura. Las piezas que realizado suelo trabajarlas con elementos cotidianos sacados de su contexto para que permanezcan allí y la naturaleza los vayan transformando con el paso del tiempo. También trabajo con la fotografía y con esculturas de pequeño formato (pensadas para espacios interiores), construidas en base a objetos de toda índole con inspiración en el surrealismo.
Mi relación con el trabajo artístico no es tanto para ganarme la vida, sino una manera de expresarme y cuestionar, una forma de estar en el mundo de tratar de comprenderlo.
L: ¿Con qué te inspiras a la hora de diseñar?
MP de A: Con lo cotidiano, siempre llevo la cámara para sacar fotos y mi mente está alerta ante posibles ideas y proyectos que se me ocurran en el día a día. Junto todo en un cuaderno de ideas que llevo conmigo. El tiempo que dedico a la producción es variable y lo hago en mi taller desde donde desarrollo la labor plástica.
L: ¿Cómo lo haces?
MP de A: Primero acumulo cierta cantidad de materiales de todo tipo y cuando tengo suficiente aparece mi necesidad de organizarlo o de crear con ello, en ese momento me pongo a construir. Este trabajo puede dilatarse en el tiempo, pues me gusta dejar reposar la obra e intervenirla varias veces. En el trabajo fotográfico el proceso es diferente. Las fotos interesantes van apareciendo a lo largo del tiempo; esto significa sacar muchas y seleccionar pocas, con lo que la terminación de las series se amplía a medida que pasan los años.
L: Hablando de inspiración: ¿tenés algún diseñador de referente?
MP de A: A la hora de pensar en un diseñador, creo que la naturaleza es la fuente inagotable de ideas prácticas y hermosas, de la que no podemos prescindir porque somos parte de ella. Más allá de ella, puedo nombrar a Philippe Stark, no sólo por su faceta en el diseño industrial sino también por sus intervenciones en espacios interiores. Destacaría la silla Bon Folding y la lámpara Tablegun.
L: ¿Cómo creés que se puede incorporar lo artístico en un hogar?
MP de A: Puede ser con elementos simples, por ejemplo, con las fotos cuyo su tamaño sea pequeño y puedan ser colgadas sobre una pared o ubicadas sobre un mueble. También se pueden sumar utilitarios de uso cotidiano. ¡Justamente, la lámpara Tablegun de Stark es un ejemplo perfecto para mostrar esta unión! Lo fundamental es que el arte, tanto de objetos prácticos como plásticos, debe ser el encargado de despertar las emociones dentro de un espacio, más allá de si combina o no con los muebles.
L: ¿Hay algún invento que te sigue asombrando?
MP de A: El teléfono, me asombra como la voz puede convertirse en ondas, fluir y viajar por el aire a través de miles de kilómetros.
L: Cuando estás en un espacio: ¿qué puede incomodarte?
El ruido, tanto para vivir como para trabajar.
L: Si tuviera que identificarte con el diseño de un objeto, ¿cuál sería?
MP de A: El sacapuntas, tan sencillo y práctico pero que trabaja de forma homogénea rápida y precisa, solo con su cuchilla y un cuerpo bien diseñado.