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 • Historias

Cómo ser jefa de tu vida. Autoamor, confinamiento y papelterapia con Charo Vargas




Días antes de que empezara la cuarentena, nos encontramos con la española Charo Vargas en un café de Buenos Aires. Ella había venido a dar una conferencia y nosotras no quisimos dejar pasar la oportunidad de conocerla. Charo es la creativa detrás de la marca Charuca. Es la voz de un montón de mujeres que se levantan cada día buscando nuevas formas de enamorarse de su vida. Charuca y su comunidad tienen mucho en común con OHLALÁ! Es una marca con alma, con sentimientos, y cada integrante de su staff trabaja con el compromiso de saber que está haciendo un aporte amoroso a muchísimas mujeres. Su podcast, cada posteo, las agendas y sus libros son la revolución de las mujeres españolas.
Charo se sorprendió al ver que no llevábamos preguntas preparadas ni anotador. "Es que veníamos a conocerte, queremos que este sea lo más parecido a un encuentro entre amigas; una charla de chicas", le dijimos. "Las charlas de chicas son mi deporte preferido", nos dijo entre risas, y empezamos a hablar sin parar.
¿Cómo fue tu historia para llegar a ser Charuca?
Vivir mi propia vida, mi propia experiencia de vida. Soy una persona normal, en una familia normal, con una educación emocional normal justita, y Charuca es como la propia historia de los guantazos que me he llevado, de lo que he sufrido y cómo he aprendido. Tengo como un automatismo de compartir las cosas que me sirven. Entonces Charuca, mis agendas, mi papelería, mi podcast, reflejan cómo he ido evolucionando como emprendedora; al principio compartía lo que hacía para que mi tienda funcionara mejor, para que mi Instagram molara más. Y luego, cuando comencé a meterme en las emociones, aunque siempre han estado las dos cosas muy de la mano, empecé a hablar de temas más subjetivos, más de cimientos, creencias, miedos.
¿Siempre les hablaste a mujeres?
Sí, es que me conecto con las mujeres. Hablo de mi experiencia y mi experiencia es muy femenina. También hay hombres y a los hombres les gusta el mensaje de Charuca, pero hablo a un porcentaje muy alto de mujeres. Dicen: "Tu vibración atrae a tu tribu", y yo vibro en femenino.
¿Cómo es el equipo Charuca?
Es pequeño, pero con mucho corazón. Solo somos siete, pero todos le ponemos muchísimo cariño y mucha pasión al trabajo.
¿Te cuesta delegar? Porque la marca es muy vos.
No me cuesta en las manos adecuadas. De hecho, soy feliz de delegar. Solo me cuesta cuando no lo siento, cuando no llegan los resultados.
¿Qué es lo que más te cuesta?
¿En Charuca? No parar. Es un equipo muy pequeño, estás siempre en movimiento. Es un gimnasio de la creatividad.
Cerrás una cosa medio quemada y ya tenés que empezar a pensar en el nuevo producto. A nosotras también nos pasa...
Realmente es una bicicleta, es un ejercicio creativo constante. También da miedito, que se me cierre el grifo, que se me acaben las ideas, que pierda este enamoramiento, ¿no?
¿Qué hacés para potenciar tu creatividad?
Busco maneras de ser feliz. Pasándomelo bien. Estar en la vida, tener experiencias. Obviamente también mirar cosas que hacen otras personas, mirar Pinterest y estar en la vida con los ojos muy abiertos, pero sobre todo pasármelo bien. Yo creo que la creatividad conecta mucho con el niño interior. Como que al niño lo tengas atado a la pata de la mesa y le pidas creatividad, no va a darte nada. Dale libertad, horarios flexibles.
Entre emprendedores y creativos pasa mucho lo de: "¡Ah!, esa idea me la copiaron". ¿Qué opinás del copyright?
Ahí tocamos un temazo. "Eso es mío. ¡Yo he inventado la rueda!". Yo no he inventado nada, nadie ha inventado nada nuevo. Estamos haciendo un trabajo en equipo. Yo me nutro de tus ideas, tú te nutres de las mías. Tú pones tu creatividad y haces tus cosas y yo lo veo y hago mi refrito. Todos nos hacemos refritos los unos de los otros. También es cierto que existe el plagio, la copia exacta, que seguro nos ha pasado a todos y no está bien, pero la inspiración en otro es la única manera de aprender. Como el pianista, aprendemos tocando canciones de otro. Aprendemos plagiando y luego desarrollamos nuestro propio estilo.
¿Cómo lograste una imagen de marca tan definida?
El minimalismo ayuda, no dispersarse mucho por un montón de tipos de letras, por un montón de colores, por un montón de historias. Encontrar algo que te funciona y repetirlo. Y luego puedes ir evolucionando, pero despacito, suavecito, para no hacer unos cortes muy a lo bestia. Es velar por el branding, hacer un trabajo de imagen de marca y serle fiel.
"La papelterapia es para parar el automático, para parar la reactividad. Ordenar ideas, conectarte contigo, con tu cuerpo, y escribir. Te ayuda a ver con claridad".
¿Cómo te llevás con el equivocarte?
Tengo la suerte de que me gusta el error. Entonces también en el podcast siempre digo a mis invitados que se equivoquen, que no pasa nada. De hecho, me parece que así las personas nos conectamos mucho con la humanidad. Yo prefiero equivocarme a que sea aburrido. ¡Por favor, que mis charlas o mis programas no sean aburridos! Que me equivoque las veces que haga falta, pero que no sean aburridos. Universo: hazme el favor. Es que me parece muy sexy el error. Genera conexión. Queremos parecer perfectas y resulta que el día que reconoces públicamente que has cometido un error y ves el movimiento energético superbonito que se genera, te haces un poco adicta al error.
¿Siempre tuviste tanta seguridad y amor propio?
No, al contrario, creo que me dedico a lo que me dedico porque he sufrido mucho. Muchas creencias limitantes, autoestima bajísima, mucha inseguridad. Y estoy segura de que lo comparto porque me gustaría evitar, en lo que pueda, algo de dolor en otras personas. Lo que sí soy es empática. No sé si existe el exceso de empatía; si existe, ¡lo tengo! Pero la seguridad no me viene de serie, me lo he currado totalmente, con terapia, con mucha investigación, con probar un montón de cosas, leer muchísimo y sigo. Para mí, yo vivo en terapia, la vida es una terapia.
También tenés tu teoría de papelterapia, ¿qué es eso?
Sí, tiene que ver con escribir constantemente. La papelterapia es para parar el automático, para parar la reactividad. Ordenar ideas, conectarte contigo, con tu cuerpo, y escribir. Porque muchas veces la escritura te ayuda a ver con claridad. Es como un trabajo de búsqueda en una misma, sacando todo este jaleo que a veces se nos forma y ordenándolo en papel. Ya vieron en la revista el ejercicio de radiomente, eso es parte de mi papelterapia, uno de los que más me gustan, que ayuda a las mujeres a apagar el diálogo interno y ser más amables con sus miedos.
Más allá de la papelería, ¿hacen otros productos?
Estamos por lanzar una línea de labiales rojos. Nosotras con rojo estamos muy venidas arriba. También estoy pensando en sacar productos para el hogar. Pequeñas cosas para que hagamos de nuestra casa nuestro templo. Porque yo creo que tener belleza en casa y sentir que nos cuidamos a través de nuestros espacios es un ejercicio de autoestima muy potente. Entonces voy a hacer velas, ropa de cama, unas tazas.
Objetos para levantarte la autoestima.
Todo el tiempo es aprender a amarnos. Yo creo que a las mujeres nos han comido la cabeza con el amor romántico, el príncipe azul. Y pienso que el amor nos lo tenemos que dar nosotras en cualquier caso. Está muy bien la pareja, todo superbién, pero el amor es una energía que tenemos que sentir nosotras dentro. Está muy bien que nos regalen flores, pero también podemos nosotras comprar nuestras flores y ponerlas en casa. Y está muy bien que nos inviten al cine, pero también una puede ir al cine si tiene ganas y disfrutar de su propia compañía.
"Observen qué se están diciendo, qué se están contando, qué se están creyendo y qué se están creando".
¿Cuáles son tus rituales de autoestima?
Elegir muy bien la compañía, gente que no me roba la energía sino que me mira con buenos ojos, que me aporta y yo le aporto. Comer muy bien, muy sanito y muy equilibrado. Hacer ejercicio. Meditar. Descansar. Consumo muy poco Netflix, porque ahora siento que no me lo pide el cuerpo. Antes, cuando tenía pareja, veía todos los días series. Pero ahora siento que no tengo esa necesidad. Necesito menos evasión que antes. Me gusta estar rodeada por cositas bonitas de decoración, flores, velas. También me gustan las cosas de cuidado corporal naturales. Aceites esenciales para el cuerpo, para las uñas. Tengo una bruma que huele a lavanda y le pongo a la almohada y me siento como ¡wow! Son pequeñas cosas muy baratas realmente. Ah, tengo una terraza, salgo todos los días a tomar el sol y es otro regalo que me hago. Me siento abundante.
Hoy sos jefa de una marca superconsolidada que vende internacionalmente, pero ¿qué consejo les darías a las que están arrancando?
El mensaje que les daría, emprendan o no emprendan, porque es algo que va más allá: cuídate mucho, trátate bien, quiérete mucho. No busques realizarte a través de un trabajo, ni siquiera un emprendimiento maravilloso, ni a través de una pareja, ni a través de una facturación muy alta. Tu amor tiene que salir de ti y hacia ti, cuidarte tú y ser tu mayor apoyo. Luego, todo lo demás son complementos maravillosos. Pero trabaja en quererte mucho a ti, no lo busques en algo externo.
Es tan fácil decirle a alguien: "Querete mucho", pero muchas veces es difícil aplicarlo. ¿Cómo acompañar a tantas mujeres que están en esa búsqueda?
Es un trabajo que tienen que hacer ellas estando muy atentas a su diálogo interno, a lo que se están diciendo de sí mismas. Identificar creencias y cuestionárselas. Hay una frase en Charuca que dice: "Pretender que otro te haga feliz es como pretender que alguien vaya al gimnasio y muscule por ti". ¿Cómo puedo hacer esto por ellas? Yo ya no lo puedo hacer. Sí las puedo invitar a que hagan un Marie Kondo de creencias. Que observen qué se están diciendo, qué se están contando, qué se están creyendo y qué se están creando.

En cuarentena

Charo despegó hacia España en uno de los últimos vuelos que salieron con pasajeros. Dejó la Argentina justo un día antes de que comenzara la cuarentena. Llegó a Barcelona y se quedó en su casa por 50 días. Justo en las primeras semanas en que empezaba a poder salir, la llamamos. "Tenemos que volver a hablar. Es que todo lo que pasó antes del confinamiento queda viejo". Coincidió plenamente. El coronavirus cambió todo, cambió nuestras vidas y nuestras cabezas. Pero ojo, el distanciamiento, paradójicamente, también nos acercó. Y así, en videollamada de a tres, volvimos a jugar nuestro deporte favorito. "Qué plan más chulo estar acá charlando con ustedes. La pandemia trajo de todo, pero también me deja la sensación de que se cayeron muchas barreras, como que estamos todos más unidos como seres humanos, como especie, y eso lo celebro".
¿Cómo llevás la cuarentena?
Pues muy bien, la llevo superbién. Lo he pasado brutalmente estando sola, y eso que la soledad era algo que me daba un poco de miedo, porque yo vivo sola, pero siempre estaba de aquí para allá, con mis amigas. Un poco mi terapia son mis amigas y el confinamiento me ha dicho: "No, no, tu terapia eres tú, no tus amigas".
¿Cómo te encontraste en tu casa? ¿Qué hiciste?
Mira, mi casa ya la tenía muy bien porque yo soy muy de la belleza, de decorarla bonito, mis flores. Pero con todo y con eso, sí que hice. El armario lo vacié entero, sentí la necesidad. Al meter la parte del trabajo en casa, creo que necesité energéticamente sacar cosas para que pudiera entrar una parte que antes no estaba. También empecé a practicar yoga.
¿Nunca habías hecho?
Normalmente me metía en grupos que ya estaban avanzados y era como... ¡joder! Tengo muy poca flexibilidad. Se me saltaban las lágrimas de frustración. Pero encontré unas clases que pude seguir y disfrutar.
¿Y te hacen meditar después o es más bien físico?
Hago unos minutos al final, pero yo la meditación la hago por mi cuenta. Tengo todo: buena alimentación, yoga y meditación. Estoy para levitar.
¿Seguís alguna dieta en especial?
Más que dieta, son hábitos saludables y sí, trabajé con un amigo mío que se llama Arturo Castillo, es médico ayurveda y entonces me dio recomendaciones de qué alimentos –por mi dosha, que soy pitta– me venía mejor eliminar y cuáles añadir a mi dieta. Las dos primeras semanas hice como una dieta de choque y luego él me enseñó el mantenimiento. Se disfruta igualmente, pero sientes que estás mucho mejor. Yo soy fuego, fuego, fuego. El trabajo es bajarle la apuesta a ese fuego que lo quema todo. Por eso me han recomendado que deje el café, y cómo me cuesta...
Cómo nos cuesta, tantas veces, aunque sabemos que es algo que nos hace mal, hacer el sacrificio y dejarlo.
Yo me he autoproclamado como flexisana, es una palabra que me he inventado. Es que yo me cuido, pero pienso que los venenos en pequeñas dosis valen. Y que si, por ejemplo, me gusta el chocolate y un día me como un bombón, ¡no pasa nada! A lo mejor no son tan sanos, pero es igual. No quiero una vida perfecta de monje.
Los placeres, además, son todo en estos momentos.
Acá se dice que mucha gente ha engordado en confinamiento. Porque, claro, los placeres se vieron reducidos a comer todavía más. La gente se ha puesto a hacer pan. No sé en Argentina, acá todo el mundo hace pan.
Y vos, que estás como en el futuro, porque ya liberaron bastante, ¿cómo se vive el después del confinamiento total?
Justo empezamos el verano y nos ha venido genial. Hoy yo me voy a un pícnic. Estamos disfrutando los parques, los espacios abiertos. Todo se saborea muchísimo. Yo un día quedé con una amiga a cenar y me quedé a dormir en su casa y era como ¡wow, qué superplan! Cosas que antes podías hacer siempre, ahora las valoras más.
"Feministas somos personas, mujeres y hombres, que reivindicamos la igualdad de género. Punto".
¿Cuánto nos durará?
Ojalá mucho. Pero, bueno, lo que tenga que pasar pasará. Si lo damos por sentado, será porque todavía nos quedarán cosas que aprender.
¿Cómo impactó el confinamiento en la marca Charuca?
Tuve mucha suerte porque, claro, yo me monté en casa la oficina y Eneco y yo (Eneco es mi compañero diseñador) pudimos trabajar con total normalidad. Incluso hemos decidido adoptar el teletrabajo para siempre porque hemos visto que nos hace más felices, nos hace sentir más libres, todavía más enamorados de la profesión.
¿Qué onda las ventas en este momento?
Las dos primeras semanas hubo una parada en seco. Luego las cosas se compensaron y por suerte estamos prácticamente igual que antes.
Es cierto que la gente adentro se da el tiempo para escribir, ponerse en contacto con lo que le pasa, y tus productos van por ahí.
Claro. Creo que mucha gente está como de viaje interior. Y para eso tanto el libro como el podcast o las agendas invitan a que te conozcas mejor para que puedas ir a por eso que quieres. Entonces creo que eso va a seguir siendo necesario, es más, creo que va a ser más necesario, ahora que se han perdido un montón de puestos de trabajo, que un montón de gente tiene que volver a empezar o que los que sigan con su proyecto tienen que ver maneras de recuperar las pérdidas de estos meses.
Y además, hay tanta exigencia por saber cuál es tu pasión o seguir tus sueños, pero no había tiempo para preguntártelo.
Hay como una moda del "seguí tu pasión". Pero para poder descubrir nuestra pasión tenemos que estar muy altas de energía. Y para eso tenemos que estar descansadas, contentas, tenemos que sentirnos plenas. Hay gente que espera conseguir la plenitud a través de encontrar su pasión y es al contrario. Vas a encontrar tu pasión al conseguir tu plenitud.
Estando en Madrid, descubrimos tus agendas en un mostrador y la vendedora nos dijo: "Tienen que comprarla, es la revolución de las mujeres españolas". ¿Te considerás feminista?
Afortunadamente he ido despertando. Hoy estamos más sensibilizadas y creo que está bien porque hemos estado muy dormidas. Igual estamos muy despiertas ahora. Porque nos la hemos colado sin darnos cuenta. Yo estaba dormidísima, yo creía que no era feminista. Entonces una amiga mía, muy amorosa, un día me lo explico y yo dije: "Qué vergüenza, y yo diciendo que no soy feminista". Si yo misma no tenía idea de lo que significa feminismo, imagínate lo que queda. Feministas somos personas, mujeres y hombres, que reivindicamos la igualdad de género. Punto. Yo no encajo tanto con el perfil combativo. Creo más en la fuerza del amor que en la fuerza bélica. Creo más en lo que se puede comprender desde la suavidad. Desde el abrazarnos y, no sé, a lo mejor peco de inocente, de naíf. Pero a mí el discurso agresivo me cuesta, porque me parece que es, al final, cambiar la fuerza de sitio. Yo creo más en la comprensión, en que despertemos, en que nos demos cuenta de que la desigualdad nos perjudica a todos.
En España, por suerte, están todavía más despiertas que en Argentina. Son mucho más libres con los cánones de belleza, incluso hay menos cánones para las solteras. Es tan fuerte la mirada que hay acá en Argentina para las que estamos solteras. Hay una mirada como: "Bueno, esta está fallada"; ni hablar si no tenés hijos.
Aquí venimos todos de lo mismo, pero sí que estamos conquistando un espacio. Primero, vamos a dejar ya la idealización de que la gente casada es la gente más feliz. ¿Por qué? Hay gente feliz y gente infeliz en todas partes, entre los casados y los que no. Entonces aquí vamos rompiendo poco a poco estos moldes. Yo he sido víctima también de esa creencia. Cuando me quedé soltera, lloraba en plan "bueno, soy soltera, soy un despojo. Una mujer soltera y sin hijos, soy inútil". Pero con el trabajo conmigo misma me he dado cuenta de que era una idealización total. Son creencias que estamos derribando, pero cuidado, que en España la sombra del machismo es potente, sobre todo en el sur. Y todavía hay muchas mujeres que si les preguntas si son feministas, te dicen que no y se ofenden. "Yo feminista no", porque no entienden. El movimiento feminista se ha utilizado mucho para hacer política y aquí hay muchas mujeres que lo ven como el lado opuesto al machismo. O sea, un movimiento que reivindica la supremacía, como someter al hombre. Lo que viene siendo hembrismo. Vamos, que tenemos temita todavía, tenemos trabajo por hacer, amigas.
¿Cuándo surge el "jefa de tu vida" del que tanto hablás?
Supongo que en esta búsqueda de conseguir el éxito, llamando éxito a lo que decimos siempre en Charuca: "El éxito es estar enamorada de tu vida". No recuerdo en qué momento salió el concepto. Seguro que de un post en Instagram, seguro que escribí y luego me resonó, ¡wow! Es mucho más que alguien que tiene un negocio. Es alguien que está al mando y, no sé, la palabra me parece poderosa. Y divertida también. Simpática y potente. Yo siempre estoy reivindicando crearte una vida acorde con tus valores, con quién eres, con qué te gusta, con qué vibras, supongo que en algún momento salió: "Que seas tú la jefa de tu vida".
¿Qué es ser una buena jefa de una misma?
Una persona que se trata bien, que se comprende, que se cuida. La que atiende sus necesidades y tiene un equilibrio entre suavidad y determinación. Porque también hay que tener cuidado de no ser tan suave con una misma que nos paralicemos. No nos damos la energía de la acción. Creo que hay que encontrar ese punto.
¿Tus consejos para que las jefas aprovechen la cuarentena?
A mí me ha funcionado mucho tener una pauta, un horario diario. Porque de repente me encontraba en casa, infinitamente en casa, y sentí que necesitaba poner orden a esa nueva rutina. Así ya no sentía ese vacío como de ¡wow, tengo infinitos días por delante! Me dio tranquilidad. Como un lugar al que agarrarme.
¿Un mensaje?
Usar este tiempo para aprender a valorar el aquí y ahora, lo que tienen, que somos ricas todas, empezando por estar vivas. Todo es un regalo, la vida es un regalo. Pasemos a la frecuencia de la abundancia y abandonemos la de la carencia y la demanda.•

Frases Charuca

  • "Si solo te hace feliz a ti, es un hobby". Esta frase quiere decir que todas las personas que tenemos un proyecto emprendedor hemos de resolver problemas. Si no estás resolviendo un problema, si no existe esa demanda y esa necesidad, entonces no tienes un emprendimiento, tienes un hobby, un entretenimiento, un espacio muy necesario, pero no un negocio.
  • "No es tu competencia, eres tú". Tenemos una facilidad de responsabilizar siempre al otro. Empezando por los padres, pobrecitos los míos. A cualquier cosa, mi pareja, lo externo, la competencia. El pueblo es soberano, el pueblo es sabio, y si no te están consumiendo tu producto, nunca va a ser porque haya otra marca que está haciendo otra cosa, es porque tú no estás conectada lo suficiente, no estás dando lo que ese consumidor necesita.
  • "Ponte medallas". Sí, ¡prémiate! Es como... qué bien se nos da fijarnos en el error. ¡Látigo! Y qué mal reconocer los méritos. Qué pudor que tenemos ahí, como que vamos a ser muy creídas. Reconoce todos tus méritos. Mira hasta dónde has llegado, mira lo que estás construyendo porque eso te da energía. El autorreconocimiento es amor propio, es autoestima, es energía.
  • "Yo soy del team del universo". Siento que la vida es un río en el que todos vamos flotando y cuando intentamos ir en contra de la corriente es agotador. La vida manda y por eso "soy del team del universo", pongo ahí la espiritualidad. Llámalo universo, llámalo Dios, llámalo como quieras, algo superior que nos hace fluir.
  • "A veces hay que tirar la toalla para coger otra nueva". Pienso que hay veces que tenemos que ser humildes y decir "esto ya está, esto se acaba, esto no me hace feliz, aquí no vibro, es un coñazo, es muy pesado". Suéltalo. Hay que ser valientes, abrir las manos y dejarlo ir para poder tener la oportunidad de tener una toalla nueva, que huela a suavizante, que dé gusto.

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