De descarte a materia prima: una firma lanza una línea de productos a partir de sus residuos textiles

“Orillo” es el nombre que se da al remate de una pieza de tela o tejido de punto que evita que el borde se deshilache. Pero en la industria lo más común es que este segmento se corte y deseche, ya que por lo general luce diferente del resto de la tela y carece de estampado, además de que durante el lavado podría encogerse o arrugarse.

Sucede que en Arredo esos orillos generan aproximadamente 10 toneladas de desperdicios por mes: de ahí que la firma decidió encarar ese problema e iniciar un proceso para convertir ese material en una línea de productos sustentables.

Otro modelo de hogar

A partir de la Estrategia de Sustentabilidad que formalizó en 2021, Arredo se lanzó a diseñar un plan que responde a los desafíos del planeta y a las expectativas de sus grupos de interés. Fue ese valioso proceso de reflexión lo que le permitió a la firma trazar un camino de compromisos de corto plazo con un horizonte a 2030: entre ellos, se acordó reducir el impacto medioambiental que genera su propia producción. Por eso trabaja en la búsqueda de nuevas materialidades más amigables con el planeta y en la reutilización y reciclado de los descartes textiles. Así fue como nació “Orillos”.

“Orillos” es una iniciativa impulsada por Arredo Lab (laboratorio interno de innovación), que investiga el uso de nuevas materialidades, articulando con los equipos de Producto, Producción y referentes de distintas áreas, acompañado además por la diseñadora industrial especializada en economía circular, Luciana González Franco. Juntos crearon una línea de sillas, apoya pies, lámparas colgantes y de mesa y organizadores de espacios a partir de los residuos industriales de su producción textil. Esta iniciativa corresponde al Eje Producto-Economía Circular dentro de la Estrategia de Sustentabilidad de Arredo.

La iniciativa se suma al trabajo que Arredo viene llevando en materia de sustentabilidad a partir de propuestas como los jardines verticales en sus tiendas y la reducción del uso de PVC en sus packagings y del plástico en vidrieras, además de la promoción de la economía circular, las alianzas sociales y el uso de nuevas materialidades, como las fibras naturales del bamboo y el cáñamo.

“Estas iniciativas son apenas una pequeña muestra de nuestra búsqueda para crear valor en dimensiones que trasciendan el resultado económico”, explican desde la marca. Y concluyen: “El desafío que perseguimos es el de seguir creando productos de calidad y diseño que no dañen el medioambiente, para seguir construyendo con coherencia el modelo de hogar que promovemos”.

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