Un nuevo capítulo de la saga American Crime Story recrea el asesinato del modisto italiano, en la puerta de su casa de Miami, hace 20 años.
El vestido tapizado de piedras preciosas que Diana Spencer coronaba con su sonrisa indestructible en la tapa de Vogue, el traje de baño de Diego Maradona –entonces con la cintura marmórea necesaria para llevar una prenda casi tatuada–, el atuendo negro de tajo enorme lucido con suficiencia por Angelina Jolie, las guardas dignas de la iconografía del Imperio romano, los arabescos, los colores, las curvas, el desenfado, la Italia pobre de su nacimiento versus la Italia rica que conquistó con sus diseños: todo eso fue Gianni Versace.
Ryan Murphy debe amar a los caídos en desgracia. Y, a pesar del éxito y del favor de los famosos, que se desvivían por embutirse en sus creaciones, el célebre modisto –muerto de dos precisos balazos ejecutados por el alienado Andrew Cunanan una mañana de hace 20 años en las escalinatas de su mansión de Ocean Drive, en Miami Beach– fue uno de ellos. Como O. J. Simpson, protagonista de la American Crime Story inaugural, Versace se embriagó con los excesos que los 90 ofrecían a todos aquellos a los que el poder y el dinero les sonreían. Y pagó muy caro por ello.
“Él no tenía que morir”, dijo hace poco el creador de Nip/Tuck y Glee, atribuyéndole a la homofobia reinante el hecho de que la policía y el FBI, que tenían señalado a Cunanan como sospechoso de varios asesinatos (y que sabían que sus blancos eran hombres homosexuales), no anticiparan su siguiente paso. Por eso, American Crime Story: The Assassination of Gianni Versace, que FX estrenará el jueves 18 a las 22, arranca con el momento de los disparos y luego reconstruye el cuento: porque se trata de saber no tanto cómo murió, sino por qué murió un hombre cuyo asesinato podría haberse evitado con solo atender las señales. “Todo el primer capítulo está dedicado al crimen, y luego iremos en reversa”, adelantó el productor y creador que, con la primera entrega de esta anthology series, no solo llenó su vitrina de premios (Emmy, Golden Globes, SAG y varios más), sino que además demostró cómo mantener el interés y la intriga contando una historia que el público conoce de principio a fin.
La principal fuente de inspiración para el guión es el best seller Vulgar Favors: Andrew Cunanan, Gianni Versace, and the Largest Failed Manhunt in U.S. History, donde la periodista Maureen Orth describe el sinuoso camino de Cunanan, un muchacho con delirios de grandeza que fue a una secundaria de La Jolla, donde la mayoría de los estudiantes tenían más dinero que él, y terminó metiéndose en los más altos circuitos gay a puro recelo, mitomanía y encanto personal. Versace significaba la riqueza y la sofisticación que él jamás alcanzaría. De todos modos, no disfrutó mucho de su amarga notoriedad: acorralado por la policía, se ocultó en hoteles de mala muerte hasta que recaló en la casa flotante, donde se pegó un tiro en la cabeza apenas ocho días después del crimen de South Beach.
Aunque no serán de la partida los guionistas Scott Alexander y Larry Karaszewski, también cocreadores de la magnífica primera parte (los reemplaza el autor británico Tom Rob Smith), el cast promete: el diseñador nacido en Regio Calabria es interpretado por el venezolano Edgar Ramírez, que parece perfecto para el papel, aunque tenga 10 años menos que Versace cuando lo asesinaron y a quien le toca el fascinante rol de un hombre que, como pocas celebridades lo hicieron en aquellos años, vivió su homosexualidad abiertamente y que quizás ocultara algo que la miniserie deja en relieve y que los herederos de Versace no verán con buenos ojos: la posibilidad de que fuera seropositivo. Para encarnar a los cercanos Donatella (hermana del diseñador y, de algún modo, su continuadora) y Antonio D’Amico (su amante y socio por largo tiempo), Murphy fue a lo seguro: Penélope Cruz, en su primer papel estelar en la televisión norteamericana, y Ricky Martin, ataviado al mejor estilo chongo itálico según puede verse en los teasers y en las fotos de adelanto. Darren Criss, de Glee, será Cunanan: personaje central porque, como aseguró Murphy, asistiremos a la construcción de un asesino, además de la de un asesinato.
Mundo Murphy
La próxima American Crime Story estará dedicada al huracán Katrina, con la fuerza de la naturaleza reemplazando la oscuridad del alma humana. Pero Murphy no descansa: también este mes, en doblete con ACS, estrenará 9-1-1, un procedural cocreado con Brad Falchuk y dedicado al trabajo de policías, paramédicos y bomberos (lunes 3 a las 23, por Fox, inmediatamente después de otro gran acontecimiento: el estreno de la segunda temporada de X-Files). Y habrá más de la dupla Murphy/Falchuk en 2018: Pose, una serie sobre la cultura LGBT en la Nueva York de 1986
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