Empezó como cajero en un supermercado y ahora es multimillonario: la historia del coleccionista de autos Manny Khoshbin
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El dueño de una de las mayores colecciones de autos deportivos del mundo, Manny Khoshbin, es protagonista de una historia de superación digna de ser contada.
Khoshbin, que vive en el estado de California en Estados Unidos, fue uno de los tantos inmigrantes que llegó al país para intentar cumplir el famoso “sueño americano”. Y a base de esfuerzo, sacrificio y perseverancia, fue uno de los pocos que pudo lograrlo.
En la actualidad, tiene en su cochera algunos de los vehículos deportivos más exclusivos del mundo en una colección que está valuada en más de 30 millones de dólares.
Entre los exclusivos modelos se destacan tres versiones especiales de Bugatti (dos Veyron y un Chiron), una cupé Pagani, cinco Mercedes-Benz SLR, además de varios McLaren y Rolls-Royce, entre otros autos.
Khoshbin, que es uno de los empresarios inmobiliarios con mayor renombre en California, no siempre fue un hombre rico. Por el contrario, empezó desde bien abajo. Llegó a Estados Unidos a los 14 años, cuando su familia decidió abandonar Irán para buscar suerte en tierras occidentales.
La adaptación del joven no fue nada fácil en tierras estadounidenses. Sin recursos económicos y sin saber una palabra en inglés, la familia debió vivir en una camioneta antes de poder mudarse a una vivienda alquilada.
Khoshbin empezó a trabajar de cajero en un supermercado. Un trabajo que era valorado como oro aunque el contexto no fuera el mejor, porque las tensiones diplomáticas entre Irán y Estados Unidos eran complicadas y no se podía liberar de los insultos que recibía de los clientes por su origen.
Pero a pesar de los malos tiempos, Khoshbin resistió: con apenas 17 años y con un sueldo de 3,15 dólares por hora, ahorró para comprar su primer auto. Fue un Honda Accord de 1983 por el que pagó 5000 dólares en una subasta.
A partir de ese momento, la historia comenzó a acomodarse para Khoshbin, que cambió su condición de empleado en relación de dependencia por la de trabajador autónomo. Primero vendió neumáticos y llantas, y luego frutos secos y dulces a pequeños comercios.
Aunque algunos volantazos del destino complicaron su situación, como una notificación de la Oficina de Salud que lo obligó a dejar su actividad, o la fallida inversión en una estación de servicio que le ocasionó la pérdida de todos sus ahorros, Khoshbin siguió adelante con perseverancia.
Así, con un poco más de experiencia y suerte, más el dominio del idioma y algunos contactos, se reinventó en los años 90 en el rubro de los bienes raíces y pudo comprar sus primeros vehículos importantes: un Mercedes-Benz 300E sedán y un Nissan 300ZX.
El crecimiento que tuvo en el negocio le permitió potenciar su pasión por los autos. En consecuencia, Khoshbin empezó a invertir en su colección que, hasta ese momento, incluía desde un Porsche Boxster 2000 hasta un Koenigsegg Agera RS que más tarde vendió por 4,1 millones de dólares.
Según el propio coleccionista, no existe un vehículo mejor que el Mercedes-Benz SLR McLaren, un superdeportivo biplaza de 2 puertas que se abren hacia arriba, producido por el fabricante alemán de 2003 a 2009 y cuyo valor actual ronda los 500 mil dólares. Tal es así, que cuenta con cinco modelos combinados de este automóvil con carrocerías cupé y roadster.
Además, tiene en su poder otras joyas mecánicas como un Koenigsegg Agera RS Phoenix de fibra de carbono revestido en oro de 24 kilates, un McLaren P1 con motor V8 biturbo de 3.8 litros y 903 caballos de fuerza, y un Bugatti Veyron Rembrandt.
Khoshbin es furor en las redes sociales donde tiene casi 2 millones de seguidores en Instagram, 400 mil en Facebook y más de 600 mil en TikTok. Junto a su nombre, tiene la frase “Never Give Up” (“Nunca te rindas”) y le gusta explicar a los jóvenes que no deben bajar los brazos ni renunciar a sus sueños.
El coleccionista habla por experiencia propia: después de cada fracaso consiguió levantarse hasta fundar, en 2004, su propia empresa dedicada a la compra y venta de propiedades. Hoy en día, The Khoshbin Company tiene un valor de mercado que ronda los 600 millones de dólares.
LA NACION
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