Fantasía futurista. Una casa de líneas modernas emerge de las dunas en Sudáfrica

"Parece erosionada, porosa, como una piedra o un hueso encontrado en medio del campo", dice el arquitecto Silvio Rech sobre esta asombrosa vivienda que proyectó entre las dunas de Keurboomstrand, en Sudáfrica. Porque el objetivo primordial era fundirla en las curvas del entorno, o que pareciera surgir espontáneamente de él, como sea que se lo mire. Lo más exuberante de la arquitectura de los años 60 y principios del siglo XXI se reversiona en esta casa que se deja atravesar por el paisaje y que es tan única e irrepetible como todo ser vivo.

Si las curvas asimétricas de este proyecto están inspiradas en la naturaleza, no lo están menos en el lenguaje arquitectónico del brasileño Oscar Niemeyer o de la iraquí Zaha Hadid.

Julian Treger, el dueño de casa, es un destacado coleccionista de arte y diseño contemporáneos. "Aunque en un primer momento pensé en un proyecto ultraminimalista, de a poco me ganó la noción de una arquitectura más orgánica, al estar inmersos en un terreno modelado por las dunas, apoyado en las colinas, y con las olas del mar en perpetua presencia, no muy lejos", describe.

Una verdadera galería

El exterior no es menos impactante que el interior, donde se despliega la colección de arte y diseño contemporáneo del dueño, haciendo de la casa una verdadera galería, y de los núcleos destinados a las actividades cotidianas, una instalación. Junto al pie de la escalera que se dobla, pliega y gira de un modo fácil y plástico, banco de hormigón diseñado por la arquitecta británica Amanda Levete (Established & Sons), conocida por sus proyectos de líneas alucinantes y sinuosas. Coherencia en bloque.

Notable que la aproximación a la Tierra esté asociada al futurismo, a la modernidad, a lo evolucionado, cuando en realidad se trata de la lógica más esencial de nuestra posibilidad de vivir. Un largo y sinuoso viaje a las raíces.

En 2012, la prestigiosa editorial de libros de artistas Ivorypress montó una exposición retrospectiva de la obra de Zaha Hadid que incluyó estos esculturales bancos plateados. Hoy habitan el corazón del proyecto y resumen todas sus intenciones: incluir formas orgánicas torneadas por el tiempo e iluminadas por la energía de la vida; el encuentro entre el futuro y la fuerza original, el arte y el diseño como elementos que se acoplan al uso cotidiano.

Las dimensiones y la materialidad del ambiente principal crean una atmósfera diáfana y pulida. "El cristal se siente como una gigantesca pantalla que nos muestra minuto a minuto lo que está haciendo la naturaleza allá afuera", evoca el arquitecto.

Lámpara trípode espejada (Tom Dixon) y mesa ‘Phoenix’, de la diseñadora española Patricia Urquiola. El sofá verde es un prototipo de Zaha Hadid que se complementó con sillones individuales ‘Pod’ (Overman).

Serpenteantes, las líneas van mutando en su recorrido como una materia viva que resbala por los muros y se hace mesa, estante o escalera.

Otra zona de asientos entre la obra de Douglas Portway y la curva de la escalera que se prolonga en el escritorio. Una mesita giratoria (Willy Rizzo) y dos sillones del legendario diseñador italiano Ico Parisi alternados con el modelo ‘Pod’ (Overman).

"Las perforaciones en la fachada tienen un correlato específico con la vida puertas adentro y viceversa", apunta Silvio Rech. "Cada abertura corresponde a una vista minuciosamente seleccionada, y también a la forma, función y mobiliario de cada ambiente".

Lo mejor de la casa

"Es imposible elegir, pero puesto a hacerlo, creo que lo mejor de la casa es la vista desde mi cuarto", dice el dueño, y al abrirse las cortinas se comprueba que no exagera.

Hay un diálogo total en este espacio prístino: la bañadera ovalada, con el límite cóncavo de mesada, casi como si las hubieran separado. O se pudieran encastrar a la perfección si se las acercara.

El uso del blanco sobre blanco no solo captura la luz, sino que brinda un fondo neutro y armónico para el desarrollo de los interiores y las vistas. "El ojo no puede soportar muchos más estímulos", resume el arquitecto.

Aire libre con vista al mar

Las formas de la casa transmiten la sensación de que está a punto de despegar. Quizás sea, justamente, esa idea de movimiento lo que hace que para algunos tomarla como parte del paisaje se dé recién después de una segunda vista.

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