La reina Isabel II tomó una drástica decisión tras la última polémica con el príncipe Harry
La monarca está dispuesta a romper un principio que la corona aplicó desde siempre
LA NACION
Las últimas tensiones vividas con el príncipe Harry y Meghan Markle, podrían haber saturado la paciencia de la reina Isabel II hasta el punto que estaría dispuesta a cambiar su manera de proceder ante las informaciones que tergiversen la realidad.
Según reveló una fuente del Palacio de Buckingham al periódico Daily Mail, la monarca entregó instrucciones precisas a todos los cortesanos para que corrijan de manera pública cualquier declaración sobre sus conversaciones privadas y las de otros miembros de la realeza que no sean objetivas. La medida va en franca oposición de la política de “nunca quejarse, nunca explicar” que tradicionalmente exhibía la corona frente a las controversias públicas que la involucraban.
Esta insólita medida tomada por la monarca inglesa, demostraría el hartazgo que tiene después de las declaraciones emitidas en varios medios de comunicación por personas del entorno de los duques de Sussex tras la polémica generada en torno a la pareja por la elección del nombre de su hija recién nacida.
La controversia comenzó cuando algunos periodistas norteamericanos informaron, siguiendo las directrices del entorno de Harry y Meghan, que los duques de Sussex habían “pedido permiso” a la reina para llamar Llibet a su hija. Este fue el apodo de Isabel II cuando era niña y que solo parientes muy cercanos a ella, incluido el príncipe Felipe de Edimburgo, seguían usando para referirse a la monarca en la intimidad.
La fuente cercana a la reina no tardó en desmentir la versión y describió que la conversación entre Harry y su abuela “fue más una revelación que una pregunta”. De esta manera, confirmó la información publicada por la BBC que aseguraba que los duques de Sussex no le habían consultado a la monarca si tenía alguna objeción en la elección del nombre.
Por su parte, la respuesta de Harry y Meghan no se hizo esperar y, muy enojados, describieron la versión de la BBC como “falsa y difamatoria”. Además, a través de sus abogados, exigieron una rectificación por parte de la cadena pública de Reino Unido.
Incluso, algunas personas cercanas a los duques de Sussex manifestaron que Harry y Meghan habían realizado una videollamada con la reina Isabel II para presentarle a su nueva bisnieta.
Pero según la fuente del Palacio de Buckingham consultada por el diario británico, esta comunicación nunca habría existido. “No se realizó ninguna videollamada. Los amigos de los duques de Sussex parecen haber dado informaciones engañosas a los periodistas sobre lo que había dicho la reina y eso llevó todo al límite”, aseguró.
La decisión de la reina de no guardar más silencio ante informaciones falsas sobre sus conversaciones privadas no solo se aplicará en el caso del nombre que le pusieron a su hija los duques de Sussex. “Se trata de si los temas sobre los que se informan son una versión precisa de lo que realmente sucede”, concluyó la fuente.
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