La rescataron en la ruta y mientras se recuperaba reveló un trato único con otra especie: “Los cuida y protege”
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LA NACION
En el momento en que Sabii Hector conoció a Mocha, supo que la cachorra era especial. La habían rescatado al costado de la ruta con una lesión severa en una de sus patas traseras. A pesar del dolor que sentía, desde el instante en que la tomó en brazos notó que el animal tenía un comportamiento increíblemente dulce y un espíritu de lucha diferente al de los perros que había conocido a lo largo de su vida.
“A mediados de octubre de 2022, Mocha fue rescatada al costado de la ruta con una pata gravemente lesionada. Era un cuadro complejo y llegamos a considerar la amputación pero, afortunadamente, no necesitó cirugía”.
“Primero lo olió y luego le lamió la cara”
Luego de varios meses de tratamiento, Mocha se recuperó y finalmente retomó una vida normal, como si nada hubiera pasado. Hasta que una tarde, Mocha sorprendió a todos con un comportamiento especial: comenzó a cuidar naturalmente a su hermano adoptivo, un pequeño gatito llamado Grogu.
“Grogu tenía solo cuatro días y era muy pequeño cuando llegó al refugio. Al principio, lo mantuve alejado de ella porque no estaba seguro de cómo reaccionaría, pero eso solo duró un día. Ella lo olió primero y luego le lamió la cara y se mostraba todo el tiempo muy preocupada por él”.
A pesar de que nunca había tenido bebés propios y Grogu era de una especie completamente diferente, Mocha se convirtió instantáneamente en la madre sustituta de Grogu, y comenzó a cumplir instintivamente con todas las tareas que una madre primeriza haría.
“Cada vez que lo alimentábamos con mamadera, ella lo observaba atentamente y al final le encantaba limpiar la leche alrededor de su boca. También tenía el instinto de estimularlo para que hiciera sus necesidades (que es lo que hacen otras gatas y perras madres), pero nunca había tenido cachorros propios, de modo que fue interesante verla reaccionar de esa manera”.
“Se emociona al ver gatitos bebés”
Gracias al amor y el cuidado de Mocha, Grogu pronto se convirtió en un gato grande y juguetón. Cuando finalmente fue aprobado para su adopción, Mocha le dio un beso de despedida a Grogu y lo envió en su viaje desde Jamaica a Pensilvania, con la ayuda de Montego Bay Animal Haven, un refugio que funciona en esa ciudad de Jamaica.
La falta de experiencia maternal de Mocha no le impidió cuidar de Grogu como si fuera suyo. Y cuando al poco tiempo llegaron más gatitos adoptivos, los trató exactamente de la misma manera. Curiosamente, actuó de esta manera con todos sus futuros hermanos felinos, pero nunca asumió la responsabilidad de los cachorros de su espacie que llegaron.
“De vez en cuando, recibíamos un cachorro que había sido criado a mamadera y ella no estaba lo más mínimo interesada en ellos. Sin embargo, siempre se emociona al ver a los gatitos bebés y, de hecho, los protege mucho. Me ayudó a adoptar y criar de 20 a 30 gatitos solo desde el año pasado”.
Si bien a Mocha le gusta jugar con sus hermanos cachorros cuando son mayores, pasa la mayor parte de sus días cuidando a sus bebés gatos. “Normalmente, se despierta alrededor de las 6:30 a. m., y es cuando hacemos la primera alimentación y limpiamos los recintos. Dependiendo de la edad de los gatitos, los alimentamos cada dos horas, y durante la mayor parte de las comidas, ella está despierta y ayuda. Por lo general, alrededor de las 2 a. m. es la última alimentación, luego nos vamos a la cama y lo hacemos todo de nuevo en 5 horas”.
Cuando no está ayudando a alimentar a los gatitos, Mocha generalmente se mantiene alerta para corregir su comportamiento. No le gusta cuando alguno de ellos se lastima. “Si los gatitos están jugando y ella piensa que es demasiado brusco, los separa, o si un gatito mayor está siendo malo con uno de los más pequeños, intenta apartarlos de la situación”.
A Sabii le sorprende cada vez más ver lo atenta que es Mocha con sus gatitos adoptivos. Es difícil saber exactamente por qué Mocha reacciona específicamente con los gatitos de una manera tan cariñosa, pero Héctor cree que ha tenido un efecto curativo en la perrita que alguna vez estuvo traumatizada. “Creo que criar gatitos ayudó a Mocha a brindar ese amor y atención que no necesariamente tuvo en sus primeras semanas, y se convirtió en una perrita protectora por naturaleza”.
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