Lo mejor de la vida y un viaje que no olvidaré
A mi travesía la llevo en el alma. Me dio la posibilidad de recorrer y descubrir toda la Argentina andando en moto por distintas zonas totalmente diferentes: montañas, llanuras interminables, selvas, desiertos... Todo tipo de terreno en 50 y pico de interminables días. Una aventura que sin duda recomiendo y que también sin dudarlo volvería a hacer.
En ella gané un montón de cosas que tienen un valor incalculable para mí: conocí mi país, amigos que eran amigos y ahora son hermanos de viaje, vivencias con gente necesitada que sin esperar nada a cambio nos regaló su mejor sonrisa, incluso cuando ni siquiera entendían que queríamos ayudarlos sólo porque sí. Son muchos sentimientos juntos, difíciles de explicar. Alegría, adrenalina, euforia, emoción, amor, realización personal, diversión. Escribo estas líneas y me emociono. Es casi imposible describir tal aventura que parecía una locura en esa moto mía que tiene 65 años y me dio más de un dolor de cabeza y millones de alegrías, como nos pasó a la mayoría del grupo. Las motos son una pasión y este cóctel fue mortal.
De hecho, estamos haciendo un libro que es un poco eso, la intención de inmortalizar ese pedacito de vida que compartimos unos cuantos fierreros y que no queremos olvidar nunca. Por eso también el tattoo que llevamos todos con las provincias recorridas.
Y, por supuesto, como todo lo bueno, esperamos que haya más y para eso estoy, desde hace varios meses, trabajando en una nueva aventura que, obviamente, no será igual, pero también será única e irrepetible, como todo lo que uno hace con pasión.
Federico Bonomi