“Me voy a la m...”: harta del maltrato de su jefe, renunció durante la hora pico de trabajo y lo grabó todo

Exhausta por la cantidad de trabajo y la falta de condiciones para su tarea, una estadounidense grabó un video en el momento en el que decidió dejar su trabajo en una pizzería en el pico de trabajo. “A la m...” señaló antes de mostrar su área de trabajo y la lista de pedidos, imposible de cumplir, que tenía por delante.

El video de Mikayla Prindeville, subido hace unos días atrás, ya acumula más de un millón de visitas en TikTok. La joven subió a la red social un video en el que, además, de mostrar su renuncia exhibe la precaria situación en la que se hallaba. “Este es el final. Últimos momentos”, manifestó.

En un video, producto de la interacción con sus seguidores, dio más detalles de lo ocurrido y denunció las malas condiciones de trabajo y la permanente presión a la que era sometida, además del bajo salario en una cadena de pizzas.

“Estábamos solo Cody y yo adentro y un repartidor”, explicó la joven en una interacción con sus seguidores para explicar el por qué de su colapso. Según dio cuenta, la pizzería cubría una extensión demasiado grande con un solo repartidor. Además de cocinar con rapidez para intentar siquiera satisfacer los pedidos, debían atender las quejas ellos mismos.

“Nuestra zona de entrega se extiende a lo largo de seis ciudades. Por lo tanto, a menos que los pedidos sean de lugares cercanos y el chico del delivery pueda entregar dos o tres pizzas en un solo viaje, no hay posibilidad de llegar a tiempo. El conductor puede estar en la carretera hasta una hora por recorrido”, señaló.

Y amplió: “Dicho esto, teníamos alrededor de 15 entregas en el tablero, tal vez un poco más, y luego como cinco o seis pizzas listas en el estante de calor esperando al repartidor”.

La joven estadounidense agregó la problemática salarial a la situación y la falta de días de descanso suficientes. No es un caso aislado. En los Estados Unidos se ha registrado una ola de renuncias en el último tiempo en distintos empleos de servicios producto de los bajos salarios, el aumento de la presión y el mal clima laboral.

Como si fuera todo, Mikayla puso sobre la mesa las condiciones de salubridad. “Veo varios ratones al día”, se quejó. Y si bien admitió que la empresa atendía el problema no lo hacía con la regularidad debida o al menos no de un método eficaz.

“Nuestra gerencia llama a los exterminadores una vez cada dos meses, pero cuando sacan las trampas de pegamento y atrapan a los ratones, somos nosotros los que tenemos que lidiar con eso”, aseveró y remarcó: “La mitad del tiempo yo ni siquiera tengo guantes y equipo para hacerlo de la forma que corresponde”.

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