Gran parte de las ciudades del mundo han perdido los paisajes naturales originarios, no solo físicamente sino en cuanto a su percepción, valoración cultural e imaginario. Este hecho constituye un vacío de aspectos culturales del entorno de emplazamiento del sitio y homogeneización del paisaje y –más importante– conlleva consecuencias ambientales que van desde inundaciones, islas de calor, falta de eficiencia energética y otros impactos.
Para los habitantes de las urbes de gran escala, la relación con la naturaleza es por medio del parque, la reserva o la plaza. Todas las ciudades son ámbitos de armado de identidades que se moldean por la naturaleza que, a su vez, de una manera u otra, define miradas sobre el paisaje y comportamientos.
Sumar espacio verde de calidad y focalizarse en criterios para sumar sustentabilidad resultan claves a la hora de proponer respuestas al cambio global y ajustarnos a las necesidades de salud y calidad de vida, tanto en lo individual como en lo colectivo, especialmente desde el marco de la acción del Estado.
El proyecto de paisaje
El proyecto del Paseo del Bajo surge a partir de la necesidad de vincular las autopistas Buenos Aires-La Plata al sur y 25 de Mayo al oeste con la Autopista Pte. Arturo Illia al norte, para organizar el flujo de tránsito pesado de la ciudad. Un concurso convocó a resolver también el diseño del paisaje de un paseo de más de tres kilómetros y medio, que vincula el área central de la capital, a la vez que relaciona peatonalmente los barrios Puerto Madero, Centro y San Telmo.
Desde el punto de vista paisajístico, resultó una oportunidad para plantear tres ejes de vegetación que evoquen el paisaje rioplatense originario: pastizales (ecorregión Pampa); bosques de barranca (Espinal) y selva de ribera (Delta e islas de los ríos Paraná y Uruguay). Así, se propuso que cada tramo tenga una entidad particular, como reflejo de los ambientes naturales regionales. Por su parte, el sentido lineal del sistema posibilita aplicar ideas de corredor biológico.
Cada pieza, al mismo tiempo, suma identidad a cada tramo, como ocurre con el parque del Centro Cultural Kirchner (uno de los primeros en inaugurarse) y la plaza J. D. Perón, al frente de la Aduana, con plantas que acompañan arboledas añosas preexistentes y que se aprovechan para armar un diálogo de naturaleza-cultivo, como ocurre con frecuencia en ámbitos urbanos.
Y aun cuando el Paseo del Bajo es un parque largo y delgado, cada tramo tiene algunos rasgos propios. Por ejemplo, se aplicaron comunidades de plantas según las ecorregiones Pampa, Espinal y Delta en concordancia con las conexiones al resto de los espacios de la ciudad y especialmente a la Reserva Ecológica Costanera Sur. Además, cada plazoleta que se va armando entre calles y cruces (lozas que atraviesan la trinchera de tránsito pesado) tiene su esquema de diseño y propuestas de equipamiento y usos (estación de juegos, actividad física, asientos, entre otros) con una paleta de especies planificada para tal fin.
El objetivo es que prevalezca en el diseño urbano una idea de coherencia de las partes que se van a agregar, que sirva para otorgarle unidad a un sector de la ciudad caracterizado por su fragmentariedad.
Presente y futuro
El primer paso consistió en documentar la obra que se licitó luego y se planta en etapas. Hasta ahora se ha plantado en el parque central (Centro Cultural Kirchner y plaza J. D. Perón) y en las avenidas. También se construyó y plantó en el eje central que vincula la Plaza de Mayo con el Puente de la Mujer, con plantaciones sobre Av. Alicia Moreau de Justo y su entorno. Quedan aún plantaciones y armado de plazoletas en el eje del tránsito pesado sobre losas que atraviesan la trinchera de camiones y ómnibus.
Entre las especies más importantes y que mejor se desarrollaron, se encuentran varias gramíneas, como Poa iridifolia, Paspalum quadrifarium, Pennisetum sp. También, herbáceas perennes, como Verbena bonariensis, y arbustos, como Grindelia sp. y Baccharis trimera, entre otros. La idea es jerarquizar las especies espontáneas y darles valor, ya que muchas de las que han aparecido suman color y diversidad.
Además, son las más resistentes, como ocurre con la flor de sapo (Nicotiana longiflora) entre las verbenas. En definitiva, se dispone en el espacio un gran espectro de diversidad local que da respuesta a búsquedas identitarias y de sustentabilidad, además de volver contemporáneo un eje temático atemporal como lo es el paisaje natural regional.
Ficha técnica
- Ubicación: Buenos Aires, Argentina
- Año: 2017
- Autores: Arqs. Daniel Becker, Sergio Cavalli, Agustín Olivieri, Joan Marantz
- Colaboradores: Arq. Luciana Lembo, Sofía Iemmi, Juan Esteban Gamarra, Tomás Pérez Amenta
- Renders: Arq. Juan Ignacio Derrasaga, Agustín Ichuribehere
- Asesor Patrimonio/ Teoría: Arq. Fernando Aliata
- Asesor Paisajismo/ Aspectos ambientales: Dr. Gabriel Burgueño
- Asesor Factibilidad económica: Inti Alpert
- Para documentación de obra se sumó: Grinc. Restauración ambiental y Reland
- Concurso Nacional de Ideas 2017. Primer Premio: Daniel Becker, Sergio Cavalli, Joan Marantz, Agustín Olivieri - Asesoramiento de Paisaje: Gabriel Burgueño (Grinc). Ministerio de Transporte y Desarrollo Urbano del GCBA. Corporación Puerto Madero. Con la participación del equipo ganador, Verónica Nerome y Gerardo Raffo.
Por Gabriel Burgueño.
Más notas de Paisajismo
Más leídas de Lifestyle
Se enamoró a los 13. Una enfermedad fue la prueba más difícil: "No podía tener hijos, me podía morir"
60 años de tradición. Aprendió a asar a los 14 y hace 5 décadas que tienta el paladar de los vecinos con su pollo a las brasas
Secreto. Levantaron el piso de la casa de George Washington y se toparon con un “tesoro” de más de 300 años
Después de un siglo. Hallan un barco maldito intacto que desapareció en 1909