Signo de los tiempos, una pareja comparte vida y trabajo bajo el mismo techo. Con espacios multifuncionales, muebles recuperados, luz natural y plantas de interior, en este PH en esquina se respira independencia y futuro.
Hace cinco años cuando visitamos a Ian y Bernardo en su primer departamento cada uno tenía su trabajo en relación de dependencia en moda y publicidad. Hoy nos reciben con su gata Cocó en un PH con terraza donde viven y también trabajan en Piet, su marca de accesorios masculinos. El proyectó comenzó cuando vieron que en la Argentina, con tan buenos cueros y una tradición heredada de la inmigración italiana para trabajarlos, no encontraban una marca de accesorios masculinos de ese material con diseño contemporáneo.
El piano antiguo laqueado en blanco se mimetiza con las paredes y no achica el ambiente
Tras cinco meses de obra tiraron abajo cinco paredes y puertas que delimitaban hall, comedor, living y pasillo. Hoy solo el dormitorio quedó cerrado.
En los estantes de la cocina no hay vajilla sino plantas. Cuando la oficina y la casa están en el mismo espacio, la deco neutra y equilibrada acompaña esos dos mundos: el público y el privado.
"A la hora de mudarnos, no queríamos renunciar a la posibilidad de ir caminando al Barrio Chino para buscar ingredientes diferentes".
Estudio y showroom en la terraza
"A los clientes les encanta la experiencia de venir a Núñez, subir a la terraza, conocernos a nosotros y ver toda la colección. Se terminan enamorando de la marca y vuelven por más".
Ante la falta de una tienda física para Piet, la pareja decidió aprovechar este lugar en la terraza, al que daban poco uso. Cuando notaron que sus medidas (3x6m) coincidían con las dimensiones estándar de un conteiner, decidieron enchaparlo en negro para darle un aire industrial que contrastara con el verde y se integrara a la vista de la ciudad.
"Después de años de trabajar en moda, uno termina dándose cuenta de que el negro es el único color atemporal; predomina en casa, en nuestra ropa y en Piet, porque facilita nuestra filosofía de un consumo más responsable: menos productos, pero más durables".
"Es impresionante lo que se fue transformando la zona desde que llegamos, hace tres años. Mientras los bodegones se convierten en cervecerías, nosotros estamos como los viejos de toda la vida del barrio, rogando que no venga más gente nueva", se ríen.
Plano detallado
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