Si bien tenía lo que todo joven de su edad podía pretender, había algo que en su vida ya no funcionaba. Estudiaba, trabajaba en el sector comercial de pymes de un reconocido banco y vivía en su departamento en la ciudad de Buenos Aires. Pero no estaba conforme. Hacía tiempo había comenzado una búsqueda hacia una forma más consciente de transitar su paso por este mundo. De la mano de su hermano Nicolás y de su amigo Ramón, comenzó a investigar y experimentar con algunas preparaciones de cocina vegetariana, luego sobre la vegana y así se sumergió en un universo de conocimientos que lo atrapó.
"Me empecé a interesar particularmente en la alimentación pero, por sobre todo, en la industria alimenticia y su impacto. Leía libros, miraba documentales y, de a poco, logré tomar conciencia hasta volverme vegetariano. Como no tenía tiempo para cocinar, le había pedido a mi hermano que me dejara comida lista para que yo pudiera tener en el freezer. A su vez, noté que estaba disconforme con mi trabajo, había dejado de tener un propósito que me llenara el alma y sentía que no estaba haciendo nada por mejorar el mundo. Es más, el estilo de vida que llevaba ponía demasiadas trabas en la rueda", relata Thomas (26).
En marzo de 2016 decidió patear el tablero. Se animó a renunciar a su trabajo en el banco y se propuso darle forma a lo que Nicolás y Ramón habían comenzado: un emprendimiento de hamburguesas veganas y sin T.A.C.C al que llamaron VEGabundancia. "Ellos me pasaron sus recetas y yo las modifiqué a mi gusto. Así la rueda comenzó a girar. De pronto, a mitad de año, me encontré en mi casa con un freezer de 400 litros que había comprado con la liquidación final del banco, cocinando 200 hamburguesas por semana, saliendo a venderle a amigos y familiares, y a su vez, generando consciencia a partir de todo lo que había aprendido".
La nueva forma de vida trajo consigo una serie de conflictos individuales que desafiaron a Thomas: era prioritario para él lograr la coherencia entre sus acciones y su nueva manera de comprender y vivir el mundo. "Argentina es un país en que el asado y el consumo de carne está muy arraigado culturalmente. Tratar de transmitir un mensaje que va en contra de esa construcción es muy complicado. El desafío es interntar sacar a alguien de su zona de confort. Creo que de a poco, un poco por moda otro o porque las nuevas generaciones están mentoreando a las precedentes, se está dando un cambio".
Sin embargo, un hecho inesperado lo sacudió desde los cimientos. Corría septiembre y su hermano que estaba de viaje en Colombia sufrió un accidente mientras escalaba. Y lo dejó sin vida. "Era 15 meses más chico que yo pero siempre fue mi gran ejemplo, de esas personas que hacen y muestran el camino con acciones y no con palabras vacías. Era mi mejor amigo. Desde que había empezado su camino de autocrecimiento, había dejado lo material a un lado, encontrando que lo simple era lo que le daba color y alegría a la vida. Con 21 años, en vez de salir de fiesta, se iba a dormir temprano, se levantaba a las 5, se iba pedaleando al río a ver el amancer y quedarse ahí tomando unos mates. El era un agradecido, un ejemplo en muchos aspectos, de esas personas que el mundo necesita y no abundan, un ser consecuente entre acción y palabra. Con su muerte quedé devastado. Para poder estar con mi familia, decidí dejar la universidad y el trabajo que tenía con las hamburguesas".
Pasaron los meses. Fue difícil volver a empezar. Pero algo sabía Thomas con certeza, necesitaba el apoyo y contención de otros para salir adelante. Especialmente si quería volver a la actividad. Recordó que en uno de sus tantos viajes había conocido a Eli, alguien con quien tuvo afinidad desde el primer momento y que le inspiraba confianza para dar ese paso tan importante. "En marzo 2017 retomamos la actividad. De a poco fuimos creciendo y creciendo, hasta el punto en que empezamos a vender a casas de alimentos naturales. En 2018 sumamos a Marcos, un tercer socio que nos permitió dar un salto de profesionalismo y organización. A partir de su incorporación, seguimos creciendo y comenzamos las gestiones para poder tener todo en regla. Creo que gran parte del motivo por el que continúo con VEGabundancia es para rendirle un homenaje a mi hermano".
El propósito del emprendimiento es generar consciencia a través de la alimentación. Si bien no se sustentan con lo que generan, no pierden las esperanzas. Por eso, actualmente Thomas colabora en una empresa que se dedica a hacer jugos naturales de manzana. "Creemos que una alimentación saludable funciona como una medicina preventiva. Ninguno de nosotros cobra un sueldo ni gana plata hoy con las hamburguesas. Pero queremos armar un modelo societario en el que no existan las ganancias para los dueños, sino que cada cual obtenga dinero dependiendo de cuánto tiempo neto de trabajo le dedique al emprendimiento. VEGabundancia es un proyecto paralelo a nuestros trabajos que nos genera satisfacción porque el propósito nunca fue ganar plata, sino lograr que se sostenga economicamente, aportar valor a la cadena productiva, y expandir nuestra consciencia".
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