Las ballenas francas pasan gran parte del año en las aguas frías de la Antártida donde se alimentan y luego migran hacia aguas más templadas al norte para reproducirse y alimentar a los ballenatos. Desde mayo hasta diciembre se las puede ver en Puerto Madryn y en el Área Natural Protegida Península Valdés. Pero no hace tanto tiempo que se realizan los avistajes de ballenas francas en nuestra Patagonia.
En los años 70 algunos de los buzos del Golfo Nuevo en Península Valdés notaron el interés que ellas despertaban en los escasos turistas que visitaban el área y comenzaron a realizar excursiones esporádicas en sus embarcaciones, a las que luego adaptaron para el traslado formal de pasajeros.
Hoy Península Valdés está considerada como uno de los mejores lugares del mundo para ver ballenas. Observarlas en su hábitat natural embarcado es una experiencia única, están tan cerca que casi se las puede tocar.
Las empresas autorizadas por la Provincia del Chubut toman todos los recaudos necesarios para que esta actividad no genere impacto ambiental y no altere el comportamiento de las ballenas.
Este espectáculo maravilloso se repite y crece cada año, gracias a la labor de protección que desarrollan diversos organismos de la zona. Cada año 100.000 turistas disfrutan de esta hermosa experiencia y Puerto Pirámides se transformó en el lugar elegido para hacerlo.
Uno de los pioneros en avistaje de ballenas fue Tito Bottazzi que junto a su mujer Teresa Kaminski, apasionados del mar y la naturaleza, fundaron en 1980 la empresa familiar Bottazzi Avistajes.
Tito había nacido en Buenos Aires, estudió la carrera de ecología en la Universidad de La Plata y era profesor de buceo. En los años 70 llegó a Madryn con sus alumnos de La Plata y al poco tiempo se radicó en la ciudad fundando una operadora de buceo que durante muchos años se dedicó a esta actividad deportiva y turística. Con la lancha que utilizaba en el verano para el buceo empezó a usarla para el avistaje de ballenas en invierno.
Tito falleció joven, a los 61 años, pero Teresa junto a sus hijos mantienen viva la pasión de su padre por las ballenas y la naturaleza.
Teresa integra la Fundación Ecovaldés, en la defensa estratégica del medio ambiente, la naturaleza y su relación en el aumento de la calidad de vida de las comunidades de la Región. Como integrante del " Núcleo Pionero" del sector de Avistadores, participó activamente de la mesa de trabajo de las reglamentaciones que hoy consultan los expertos del mundo en cuanto a la creación de la Técnica Patagónica de Avistajes de Cetáceos en Península Valdés y el Código de Buenas Prácticas inexorablemente unido a la conducta Ética en el Mar.
Carlos, el mayor de los hijos, es Capitán y guía, y se ha vinculado a diferentes actividades turísticas en la zona para el desarrollo del lugar.
Romina que desde los 16 años trabaja profesionalmente en las embarcaciones de avistaje, es Capitán y colabora con diferentes ONG´s dedicadas a la conservación de especies. Este año estuvo exponiendo en Fundación Príncipe Albert II de Mónaco en el marco de la Mónaco Ocean Week sobre fauna y medio ambiente de la Comarca Valdés.
Miguel, el hijo menor de los fundadores, también es Capitán y guía y desde pequeño ha acompañado a su padre en el mar. Recientemente ha sido invitado por diferentes países y ONG´s para disertar sobre la protección de las ballenas.
Desde Puerto Pirámides parten las embarcaciones que son remolcadas al agua por tractores. El capitán y los guías balleneros introducen a los pasajeros en la interpretación del ecosistema marino y costero y todo sobre el ciclo biológico de las ballenas: apareamiento, nacimiento y crianza del ballenato. La excursión dura en total una hora y media.
Las embarcaciones no pueden acercarse a las ballenas con motor, solo deben llegar hasta un punto y luego esperar a que sean los cetáceos los que se acerquen.
La mayoría de las veces son las ballenas las que se acercan a pocos metros del barco, son sumamente pacíficas, no se han registrado en toda la zona de Península Valdés ningún accidente causado por ellas.
Cada comienzo de temporada es una nueva aventura para los Bottazzi que se dedican con pasión y respeto al cuidado de estos gigantes del mar.
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