Disruptivo. Bates de béisbol, piezas industriales y dados convertidos en esculturas portables
Cuando era chico Max Machaidze armaba torres apilando piedras, hasta que toda la instalación se desmoronaba por el piso. Ahora que es grande, diseñador y cantante de hip hop, Max reproduce esas pilas de la niñez con objetos portables de su colección personal. Pompones, ruedas de skate, dados adulterados por estafadores y memorabilia vintage de la era soviética componen los dijes XL de una línea de joyería particular.
Nacido en Tbilisi, la capital de Georgia que desde 1921 hasta 1991 fue república de la Unión Soviética, el artista disruptivo sorprende con su producción. La línea de cadenas con objetos perdidos y encontrados llama la atención por la escala: además de pelotas de tenis Max incluye cerámicas industriales de maquinaria soviética, autopartes y sistemas electrónicos. Los modelos, sin embargo, son muy bien aceptados por su público, una generación que no sólo porta sus dijes colosales sino que también lo sigue en las redes y lo acompaña en sus recitales.
A pura memoria emotiva, su papá le transmitió la simbología de la era soviética y los íconos estadounidenses que fueron llegando a Georgia, sobre la costa del Mar Negro. Nika Machaidze es director de cine y músico electrónico, conocido como Nikakoi y Erast.
El asombroso universo de materiales, sogas, piezas eléctricas, lamparitas y juguetes de otra época proviene de bazares, mercados de pulgas y tiendas de antigüedades. Un mix de nostalgia ensamblado en cadenas que el diseñador describe como "esculturas portátiles".
"Busco objetos desgastados que todavía tengan algo para contar", señala. Sin duda la historia de los dados de resina es de las más asombrosas. "Los estafadores los usaban en los casinos. El autor, un profesional, está en la lista negra. Durante 30 años fabricó cubos especiales con pesas o números dobles que fueron la llave para saltar la banca en varias ocasiones", revela Machaidze, aunque se reserva la identidad del falsificador.
Entre la música y las cadenas recargadas, Machaidze también encuentra tiempo para ocuparse de la línea de indumentaria Sadaawhere, que dirige junto con su esposa, Iri Todriashvili. Su colección también presenta materiales y telas de otras épocas. La usina creativa de la pareja se ubica en Stamba Hotel, una antigua imprenta de la era soviética ahora intervenida con objetos y obras de arte por la dupla Machaidze –Todriashvili, figuras clave del under de Tbilisi.
"La gente también me conoce como activista. Participé en muchas protestas callejeras desde que tenía 16 años, trabajando para despenalizar las drogas y proteger los derechos de los homosexuales. Siempre estoy al límite", confiesa Max. Diseño disruptivo, hip hop y recuerdos de la era soviética resumidos en esculturas XL para portar.