"Soy como una editora de ciencias"
En abril de 2009 arrancó con la empresa de belleza Roses are Roses 100% familiar, una marca con aire europeo. Está en varios shoppings y acaba de inaugurar oficialmente su boutique en Recoleta. La esencia de esta empresa y de una mujer que dice, sin dudarlo, que el mejor make-up es una buen sonrisa
El punto de encuentro: Roses are Roses, la tienda de la esquina de Quintana y Montevideo, es puro glam. Estanterías dedicadas a cada una de las 14 esencias acompañadas de vaporizadores austríacos, jabones, colonias y pijamas soñados entre tazas de porcelana inglesa. Tanto como su mentora: la actriz y conductora, Andrea Frigerio. Una mujer que se define como una gran soñadora y apasionada, que logró todo lo que se propuso hacer.
-¿Cómo surgió Roses?
-Siempre estuvo presente. Sólo había que decidir el momento oportuno. Un día almorzando en familia lo propuse y me dijeron que sí. Yo estudié Biología en la Facultad de Ciencias Exactas. Todo lo que practique durante 4 años en laboratorio me sirvió. Eso sumado a mi paso por el mundo de la moda, mis viajes por trabajo, gente que conocí a lo largo de estos años?
-¿Cuando empezó este emprendimiento?
-En abril de 2009, se dio naturalmente. Empezamos en Pilar, toda mi familia y amigas viven en zona norte; en diciembre de ese año me llamaron de Paseo Alcorta para que abriera una tienda, y en 2010 nos convocaron de El Solar de la Abadía. Roses es una marca con aires europeos, producto de mis orígenes (abuela francesa, mi abuelo inglés, otro italiano y otra española). Quería que tuviera un lugar especial, una boutique. Fue así que abrimos una en Martínez, y hace 3 meses en Recoleta, el lugar por excelencia de la perfumería de autor donde la autora soy yo.
-¿Un nuevo mundo?
-En el mundo hay una tendencia de despegarse de la masificación, de la cosa comercial donde todos tienen algo parecido o comparten lo mismo. Nosotros hacemos colecciones privadas de perfumería. De pronto hacemos una familia entera y de golpe hago poquitas. Si la gente lo pide lo sigo haciendo.
-¿Y cómo es ese proceso de elaboración?
-La alquimia es todo. Es como quien hace una comida, donde cada ingrediente es puesto con amor. Eso mismo pasa en el laboratorio, soy como una editora de esencias: me presentan varias que vienen del mundo y el blend lo hacemos acá. Esto sucede en todo el mundo. En Francia las fragancias no son francesas: vienen de Marruecos, de la India, América?, y ellos hacen las combinaciones.
-No sólo ofrecés fragancias.
-No. Decorar la casa es importante también, por eso tenemos por ejemplo sahumerio japonés de pura pasta que el humo y la ceniza no son negros, y son totalmente naturales. También una pequeña colección de ropa interior. Mi abuela me enseñó a dormir con ropa de algodón; hice una línea para que las clientas se vayan a la cama con prendas que den sensación de bienestar.
-Tu relación con la moda...
-Me gusta la elegancia, las cosas de calidad. No me gusta ponerme un zapato que no me quede cómodo, un traje porque se usa. Necesito que la ropa me acompañe porque tengo mucha actividad. La practicidad es lo importante.
¿El secreto para verte tan bien?
-Es un secreto, ¡no lo voy a contar! ( risas ). No soy amiga de las cirugías, creo que la mejor crema para el rostro es dormir bien, el mejor maquillaje es una sonrisa, y no lo digo por decir, lo digo desde el corazón: una persona alegre que transmite optimismo se ve bien siempre. Esta bueno acompañar esto con productos de calidad.
-¿Cuál es tu producto fetiche?
-Aparte de las cremas de Roses -que tienen vitaminas y agregados que no los cuento, pero que dan excelentes resultados-, la crema Rénergie de Lancôme y cosas de farmacia barata, productos que le da el dermatólogo a mi hija de 14 y si veo que son buenos, los uso.