Dempsey versus Firpo, desde Puerto Madryn
Corría el año 1923. Nuestro país era presidido por Marcelo T. de Alvear, Jorge Luis Borges publicaba su primer libro de poesía Fervor de Buenos Aires, se inauguraban el paseo de la Costanera Sur y el Museo de Luján y nos visitaba el filósofo español José Ortega y Gasset.
Pero un acontecimiento deportivo tenía en vilo a los argentinos: la pelea de boxeo por el título mundial de peso pesado entre el campeón estadounidense Jack Dempsey y el argentino Luis Ángel Firpo, conocido como “El Toro Salvaje de las Pampas”, a disputarse en el Polo Grounds, de Nueva York.
Y finalmente llegó ese día, el 14 de septiembre. Por entonces, lo común era el telégrafo, mientras que la radio era una maravilla reciente -la primera transmisión radial en la Argentina, y una de las primeras del mundo, fue en agosto de 1920–, por lo que enterarse qué pasaba en un cuadrilátero era un lujo.
Así que un gran gentío se congregó en la puerta del Palacio Barolo, en la porteña Avenida de Mayo, en la que se había instalado una antena radiofónica para que el público pudiera seguir el tan esperado combate.
Pero veamos qué sucedía aquel día, a unos 1300 kilómetros al sur de Buenos Aires, más precisamente en la localidad chubutense de Puerto Madryn. Allí vivían dos hermanos emprendedores -de 19 y 18 años–, considerados los precursores de la radiofonía en la Patagonia, no solo por haber construido su propia estación de radio, sino también por comunicarse periódicamente con colegas de Europa y Estados Unidos.
Y al igual que en el Barolo, aunque obviamente en menor cantidad, muchos madrynenses se acercaron a la casa de estos dos jóvenes para escuchar la antesala y el desarrollo de la histórica pelea. Así, dado que la gente esperaba noticias ansiosamente, ambos jóvenes se turnaban para correr al alambrado perimetral y contarle lo que sucedía en el Polo Grounds. Nadie se perdió detalle.
Uno de esos muchachos era mi abuelo Justo Enrique Alt, y el otro, su hermano mayor Eduardo Montague. Y como sabemos, Dempsey venció a Firpo en el segundo round, pero después de que en el primero, el argentino, con un gran derechazo a la mandíbula, lo sacara del ring durante unos 15 segundos y de que los periodistas y hasta el jurado de la pelea, más un árbitro perezoso para iniciar la cuenta del nocaut, ayudaran al estadounidense a levantarse y reingresar al cuadrilátero.