Edades
Axel Kicillof, gobernador de discursos caudalosos, nunca aterriza en la provincia de Buenos Aires sin antes recorrer el mundo con sus palabras. Y, de paso, por la historia, donde busca ejemplos para fundar su repetida idea de que la normalidad es una ilusión perdida.
Ayer, dijo: "Estamos administrando esto [por la pandemia de coronavirus] con la primera reacción casi medieval, esconderse en la casa. Me escondo, me guardo si no tengo vacuna".
Pobres medievales, siempre citados con desprecio. Kicillof confundió esa época con el prehistórico encierro en casa, tiempos en los que los primeros humanos se recluían en sus cavernas a esperar que pasaran las grandes tempestades o los animales salvajes imposibles de controlar. Sí es medieval la cuarentena, en general aplicada a los enfermos de enfermedades contagiosas, siempre y cuando se acertara antes en establecer el origen del mal.
La Edad Media, despreciada por default, es también el tiempo en el que se comenzó a sistematizar el conocimiento. En ese ciclo florecieron las universidades, pero todavía faltaba bastante para la primera vacuna (contra la viruela), que apareció en 1796, cuando apenas empezaba la Edad Contemporánea.