Dar impulso a una relación virtuosa
Las empresas industriales de nuestro país, en particular las pymes, necesitan complejizar sus tecnologías productivas para recorrer una nueva etapa de sustitución de importaciones y exportar bienes con alto valor agregado. Es necesario transformar autónomamente conocimientos científicos en tecnologías.
Como antecedente en el que participé, cito el proceso de desarrollo de tecnología recorrido hace años en Siderca/Tenaris y en el que el Centro de Investigación Industrial (CINI) fue una de las herramientas utilizadas. Este proceso de desarrollo autónomo se recorrió porque, ante el crecimiento de Siderca, los proveedores internacionales de tecnología consideraron que era peligroso apoyar a un competidor en ascenso. El CINI no solamente trabajaba con sus propios científicos-tecnólogos, sino que era la interfaz necesaria con el sistema científico argentino, del que nosotros proveníamos y al que estábamos integrados.
En Siderca, el CINI se pudo hacer en el interior de la empresa; pero si estamos dispuestos a recorrer un camino de sustitución de importaciones y exportaciones superior cualitativamente a los recorridos históricamente, el liderazgo lo deberá tomar el Estado, particularmente en el caso de las pymes. ¿La relación ciencia-tecnología-producción es motorizada por la oferta científica o por la demanda tecnológica? Hay ejemplos muy exitosos de desarrollos tecnológicos motorizados desde la oferta científica, como el de la doctora Raquel Chan con las semillas resistentes a la sequía.
Pero, mayoritariamente, los casos exitosos a nivel internacional (Estados Unidos, Alemania, Japón, China) son claros ejemplos de la tracción del sector productivo canalizada por sus Estados (Mazzucato, The entrepreneurial state, 2011).
En el informe de The Break Through Institute (2010) se presenta una revisión histórica de los procesos de innovación tecnológica que constituyeron el liderazgo tecnológico de Estados Unidos. El informe analiza las siguientes tecnologías: agricultura, ferrocarriles, industria de la aviación, motores a reacción, microchips, informática personal, internet, GPS, energía nuclear, combustibles sintéticos, energía eólica, energía solar y biotecnología. Claros ejemplos de la demanda del Estado.
Mazzucato y Semieniuk analizan las tecnologías que se suman para conformar los productos Apple (iPhone, iPad, iPod) y muestran que fueron desarrolladas bajo el liderazgo de las agencias gubernamentales de EE.UU. Además, en la misma referencia se muestra que las agencias del gobierno de EE.UU. están presentes en todas las diferentes etapas de los procesos de innovación tecnológica, desde la investigación científica básica hasta el despliegue tecnológico final.
La investigación tecnológica se desarrolla de la misma forma en Alemania: "Si las fuerzas del mercado dentro de la economía de un país no pueden mantener su fuerza innovadora y su competitividad, entonces es responsabilidad y tarea del Estado intervenir", afirmó este año el Ministerio Federal de Economía y Energía alemán.
En nuestro país es necesario un Estado activo que impulse el desarrollo tecnológico y su consiguiente tracción sobre el sector científico. Este, para poder cumplir su rol, debe ser completo, abarcando ciencias sociales, humanísticas, físicas, matemáticas e ingenierías , y debe disponer de los recursos necesarios para crecer y consolidarse.
Doctor en Ingeniería
Eduardo Dvorkin