Cuando éramos felices y banales
Recordemos: antes de la pandemia toda buena conversación empezaba con un "¿cómo estás? ¿todo bien?", tal como lo prescribía el manual de etiqueta porteña. Pero el coronavirus está matando la charla trivial, ese intercambio de fórmulas de cortesía. "¿Es posible mentir tras un compulsivo ‘¿Cómo estás?’ en un momento como este? Ahora, el espacio vacío al principio de mis conversaciones ha sido reemplazado por un inventario de las muchas tragedias, misterios y esperanzas generadas por el ciclo de noticias del coronavirus" confesó con nostalgia el periodista Luke Winkie en el New York Times de la semana pasada.
Vivíamos criticando los formulismos sociales y ahora vemos que esos montones de nada tenían sentido. Eran formas de decir "estoy" y "aquí andamos." Qué alivio cuando volvamos a la etiqueta social, a la gracia de la charla gratuita, mera fórmula sin nada importante para compartir: será la señal de que estamos viviendo un tiempo menos turbulento.