Docentes y adoctrinamiento
Le llueven las críticas a la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña. Las brigadas del kirchnerismo en las redes sociales la descalificaron por decir que muchos docentes llegan a ese trabajo por descarte, luego de haber fracasado en otros intentos.
Acuña dijo también que "los que eligen la carrera docente son de los sectores socioeconómicos cada vez más bajos".
Sin filtro, opinó que "la raíz de lo sobreideologizado y de la militancia política en las aulas está en la formación docente. La raíz está en lo que se define como perfil de un docente en un instituto de formación".
En la reacción a coro, el oficialismo llegó a pedir la destitución de la funcionaria por instar a los padres a denunciar a los docentes que militan sus ideas políticas con los alumnos.
De todas las réplicas a la ministra –que fueron muchas y diversas–, ninguna consideró una mentira la existencia de adoctrinamiento político a los alumnos. Y es que es difícil condenar lo que se defiende y reivindica como parte de un proyecto político: el adoctrinamiento y el relato. Hay quienes creen que ser kirchnerista es también enseñar a serlo desde el jardín de infantes.