El exabrupto de Duhalde
En momentos en que la renegociación de la deuda pública es una cuestión vital en la agenda argentina, no pudieron resultar más inoportunas las críticas que el ex presidente Eduardo Duhalde le dirigió a la titular interina del Fondo Monetario Internacional (FMI), Anne Krueger, y acompañó, haciendo gala de sus conocimientos del guaraní, con la frase "anivé ré jodé" ("no joda más", traducido al español).
El hecho ocurrió durante el II Encuentro de Parlamentarios del Mercosur y en respuesta a las advertencias de la directora del organismo internacional, quien en la asamblea de primavera del FMI había recomendado a América latina que se cuidara de "posibles turbulencias".
Duhalde no se detuvo allí en sus críticas al organismo financiero internacional y sostuvo: "Como nos va bien, aparecen como aves de rapiña a decir que tenemos que pagar más, sin darse cuenta de que pagar en lo inmediato puede significar que no podamos pagar en el futuro y que no crezcamos como debemos crecer", para rematar pidiendo "un poco más de cordura" a las autoridades del FMI, al que otorgó una gran cuota de responsabilidad por la crisis económica de la Argentina y la situación general de América latina.
Si bien es absolutamente legítimo disentir con las políticas que los organismos financieros internacionales exigen aplicar en aquellos países a los cuales han asistido financieramente, también es cierto que los modos que se emplean para manifestar el disenso o la disconformidad con esas posiciones deben guardar elementales normas de educación, lo que ciertamente no ocurrió en esta oportunidad. No son los malos modales o las palabras groseras la fórmula apropiada para rebatir puntos de vista o para sustentar los propios. Para ello sólo se requieren fundamentos sólidos y pruebas contundentes.
Resulta al menos extraño que quien hace pocos días declaró que la Argentina no era un país del todo confiable haya proferido semejante exabrupto ante un auditorio compuesto por representantes de Chile, Bolivia, Perú, Paraguay y Uruguay, sin poder ignorar -además- que sus dichos ocuparían el interés de la prensa internacional, en especial la de aquellos países en los que se pretende despertar el interés de los inversores.
El episodio no fue protagonizado por un ciudadano cualquiera ni en circunstancias especiales, como podría ser una campaña política. Por el contrario, las declaraciones fueron vertidas por un ex jefe de Estado, de aquilatada experiencia política, actual presidente de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur.
Las críticas del ex mandatario al FMI llegan en momentos en que su relación con el presidente Kirchner exhibe algunas turbulencias, y no han estado ausentes las interpretaciones según las cuales las expresiones del doctor Duhalde fueron realizadas como una manera de tender un puente para distender la situación existente entre ambos. Si fue ése el verdadero propósito del caudillo bonaerense, debe señalarse que sus expresiones podrán morigerar algo la aparente tensión entre las dos figuras políticas del justicialismo, pero nada bueno le generan al país.