El factor conservador
Hace hoy exactamente cuatro años, en otro 29 de febrero de un año electoral, George W. Bush, entonces gobernador de Texas, derrotaba en el estado de Virginia a su rival por la candidatura republicana a la presidencia, el senador John McCain.
Era plena temporada de primarias y por el actual presidente de los Estados Unidos se inclinaba la derecha más conservadora del partido, mientras que McCain sumaba más votos que Bush entre los independientes y hasta seducía a algunos demócratas. Por allí justamente giraba la estrategia del senador. Argumentaba que por la base más amplia de su apoyo sería mejor candidato que Bush para derrotar al aspirante demócrata que, como ya se podía prever, sería el entonces vicepresidente Al Gore. Lo que siguió es historia conocida.
Ahora, cuatro años más tarde y desde la presidencia, Bush está apelando a esa misma base ultra conservadora, su refugio y trampolín electoral. Una señal fue su llamado esta semana a aprobar una enmienda constitucional que prohíba los matrimonios entre personas de igual sexo, una preocupación que desvela a la derecha religiosa del país.
Como hace cuatro años, además, Bush apela también a la recaudación masiva de fondos de campaña. Ya en 2000 quebró el récord con más de 60 millones de dólares recolectados para esta misma época, y ahora cuenta con alrededor de 150 millones, una cifra apabullante, que lo vuelve casi invencible y que comenzará a invertir de un momento a otro, cuando se sepa quién será su rival en noviembre. El consuelo para los demócratas, de ganar Bush, es saber que dentro de cuatro años el actual presidente se estaría despidiendo definitivamente tras cumplir dos períodos en la Casa Blanca.