
El regalador compungido
Hay tipos que son obsequiosos por naturaleza. Que si los invitan a un asado no pueden llegar sin un Malbec del bueno o una docena de pastelitos de dulce de membrillo. Y que hasta son incapaces de asistir a un velorio sin llevar su ramito de calas. Pero cualquiera de estos personajes, aun el más desprendido, palidece ante el actual copresidente de la Nación y cabeza de la lista de candidatos del PJ en la provincia. Quien evidentemente no puede resistir su condición de "regalero" compulsivo allí donde vaya y que acaba de reivindicar este título en su reciente visita a la concentración de Racing, el club de sus amores.
Allí, y sin que nadie le hubiera pedido nada, ni siquiera un puestito para el novio de la hermanita que acaba de embarazarse, o una jubileta para el tío que sólo hizo aportes en las ventanillas de Palermo, San Isidro y La Plata, les prometió a los jugadores regalarles dos carísimos televisores de plasma si el domingo le ganan a Boca.
Es cierto que hay gente a la que la pasión futbolera la lleva a incurrir en demasías, que luego la patrona no perdona, condenando al desdichado hincha a dormir en el sofá durante una larga semana; lo es, también, que ganarle a Boca, lo mismo para los de la Academia como para los de cualquier otro club, es algo maravilloso y sirve para cargar a los xeneizes de la oficina durante todo un mes y más.
Pero que este hinchismo desmesurado lleve a un tipo a ofrecer lo que ofreció Néstor, sólo se explicaría por dos razones, acaso concurrentes. Una, que Boca es, precisamente, el club que alguna vez presidió, y del que es fan de los más conspicuos su más odiado enemigo a la hora de las urnas, Mauricio Macri. Y otra, que los dichosos plasmas no le cuestan ni un peso, o sea que de darse el resultado anhelado, sólo tendrá que indicarle su colaborador más cercano: "Che, vos, agarrá el celular, llamalo a Moreno de parte mía y decile que me consiga dos televisores de plasma y los mande a la concentración de Racing. Y ojo, que no se olvide de mandarlos con las boletas para que nos voten el 28".
Se trata, sin duda, de nada más que de especulaciones. Pero si, con referencia a Macri, cabe que en Néstor haya primado más el hincha que la rivalidad política, esto no sucede con el costoso regalo.
Porque basta una simple ojeada a su comportamiento de estos últimos años, para concluir que si todas sus dádivas hubieran partido del propio patrimonio y no del erario, el hombre hoy no podría estar disfrutando del crecimiento patrimonial que experimentó desde que es gobierno.
Por lo que tal vez sería bueno que los jugadores racinguistas, a la hora de ingresar a la cancha para enfrentar a Boca, no se sientan impulsados a derrotar al rival por el par de plasmas prometido. Antes bien, si se trata de buenos ciudadanos y cuentan con algún pariente que padezca la jubilación mínima o no le quede otra que hacerse atender en los hospitales públicos, hasta sería recomendable que, para evitar un mayor quebranto a las cuentas nacionales, se tiraran a la retranca y no aspiraran más que a empatar el partido.
"Mire, maestro -dijo el reo de la cortada de San Ignacio- si nosotros, los azulgrana, no campeonamos ni con la billetera de Tinelli, no sé qué podrán lograr los racinguistas ahora que Lupin tiene fundido a medio país."




