El teléfono y los desafíos de la era "posmóvil"
Esta semana, en el país y la región, una compañía telefónica salió a ensayar un experimento interesante: creó una nueva marca para operar y atender directamente al público joven. La propuesta no es sólo más barata sino que se apoya menos en el servicio telefónico y más en el uso de aplicaciones cada vez más populares en el mundo. El caso tiene un rasgo paradójico. Busca retener en el mundo de las telecomunicaciones a usuarios que se han apartado de sus beneficios tradicionales: la llamada de teléfono a través de la línea y los SMS.
El fenómeno es global y tiene ejemplos popularísimos como la mensajería instantánea WhatsApp, WeChat (en China) o KakaoTalk (en Corea), servicios de comunicación de voz por Internet (la japonesa Line) o aplicaciónes de videochat (como Skype o Hangout de Google); todos usados desde el aparato llamado "teléfono".
El escenario, prematuramente definido por los especialistas como la era "posmóvil", es contundente: una tecnología permite el crecimiento de servicios que amenazan de muerte su propio negocio.