Embriones criopreservados: necesitamos reglas claras
El proyecto de ley de protección del embrión no implantado está siendo impulsado desde hace años. Según un relevamiento de quienes lo llevan adelante, en la Argentina hay más de 90 mil embriones criopreservados. Esto se debe a que generalmente, como el sistema reproductivo humano es poco eficiente, resulta necesario poner a fecundar más de un óvulo en cada tratamiento de reproducción asistida, para que, al haber más embriones, haya más posibilidades de que se produzca el embarazo. Como consecuencia, pueden quedar embriones remanentes que deben ser guardados por tiempo indeterminado, a menos que los pacientes opten por donarlos (alternativa que puede ayudar a muchas personas a cumplir su sueño de ser padres o madres).
El embrión es una estructura multicelular diferenciada que tiene potencial para convertirse en un ser vivo y puede ser conservado sin perder calidad por tiempo indefinido, siempre y cuando se mantenga a -196Cº. Además, la criopreservación no altera su condición genética.
Debemos tener en cuenta que de cada 10 óvulos que se ponen a fecundar, es posible que solo 7 logren la fecundación. Y de ese número, únicamente el 40 % de ellos llegue al estadio de blastocisto (llamamos blastocito al último momento que es posible controlar al embrión ya que después se debería implantar en el útero o vitrificarlo). Por este motivo, si una mujer logra obtener 5 óvulos para un tratamiento de reproducción asistida, tiene chances de que solamente se forme un embrión, o incluso en algunos casos, ninguno.
No obstante, lo cierto es que los embriones que están resguardados en las clínicas generan un aumento significativo en el costo operativo, debido a la necesidad de mayor personal, más cantidad de nitrógeno líquido para mantenerlos y la ampliación del lugar de guardado. El costo del mantenimiento de los embriones criopreservados sin destino reproductivo es aproximadamente 60 mil pesos al año por paciente.
Existen diversas causas para la realización del procedimiento de congelamiento. Una de ellas es la preservación de la fertilidad en el caso de parejas constituidas (como alternativa en vez de criopreservar óvulos o espermatozoides). Otro de los motivos es la interrupción del tratamiento de reproducción asistida antes de la transferencia embrionaria debido a alguna razón médica o extra-médica. De todas maneras, lo cierto es que, si los embriones finalmente no se utilizan, cualquiera sea la razón, sus dueños deberían hacerse cargo del mantenimiento. Pero si eso no sucede, ya sea por motivos económicos u otros, las clínicas no pueden hacer nada sin su autorización.
En cuanto a la legislación, según el artículo 19 del Código Civil: “La existencia de la persona humana comienza con la concepción.” Por este motivo, se considera un embrión es un niño por nacer ya que existe vida desde el momento en que es concebido.
Por otro lado, si bien existe la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), ésta no tiene injerencia sobre los embriones congelados.
El proyecto de ley de protección del embrión no implantado destaca que, ante la ausencia de la voluntad de los progenitores de los embriones, las clínicas podrían disponer de ellos para su utilización. Es importante recalcar que a través de la realización de técnicas de diagnóstico genético, es posible saber que hay embriones congelados que son genéticamente anormales y que nunca generarían un niño nacido, por este motivo la investigación puede ser un destino interesante para poder utilizarlos. Por otro lado, sería importante contar con la posibilidad de descartar los embriones inviables.
En cuanto a los embriones genéticamente normales, o que pertenezcan a mujeres menores de 38 años, sería bueno poder utilizarlos en otras parejas que estén buscando concebir. Vivimos en un país muy desigual, en donde la mayoría de la gente no tiene acceso a los tratamientos de reproducción asistida como sería deseable, entonces, teniendo en cuenta este contexto y que hay muchísimos embriones sin destino reproductivo, se podría crear un Banco Nacional de Embriones, al cual accedan quienes no pueden pagar un tratamiento o no tienen una obra social o prepaga que se los cubra.
Para concluir, resulta fundamental contar con información suficiente y reglas claras que permitan decidir sobre el destino de los embriones sin perjudicar a los pacientes.
Presidente de WeFIV