Reseña: Nada dentro salvo el vacío, de Ana V. Catania
"Sobre la cama se abre un abismo blanco, profundo; un hueco sin nada dentro salvo el vacío", dice el narrador de "Cicatriz". Focalizado en Julia, que acaba de parir a su segunda hija, el relato cuenta la historia de un matrimonio. Mediante la comparación constante con el nacimiento de la primera hija, se reconstruye la vida de Julia y su marido. La felicidad del pasado contrasta con la crisis del presente, que la deja sola con un nuevo bebé.
Esta idea, que inspira el título, es lo que une a las seis protagonistas de Nada dentro salvo el vacío. Ana V. Catania (Buenos Aires, 1980) construye cuentos íntimos protagonizados por mujeres. Son personajes femeninos frágiles y, también, víctimas. La utilización de la primera persona y del narrador focalizado permite un recorrido por la interioridad de los protagonistas y coloca de lleno al lector ante sus pensamientos, sus miedos, sus deseos, sus angustias. La maternidad, el cuerpo y el abandono son algunos de los temas. En "Reposición", la protagonista viaja a Córdoba con una compañera de trabajo embarazada. En primera persona, narra su enamoramiento y el nacimiento de una pareja entre las dos, aunque el fantasma del marido de la chica (y padre de la criatura en camino) está presente. Aquí también Catania utiliza la comparación con el pasado como un tiempo mejor. Los flashbacks no solo permiten rearmar los inicios de la relación amorosa, sino que buscan una explicación de la soledad. El recurso se repite en cada una de las historias.
Los vínculos con el sexo opuesto están en el centro y, en muchos casos, se tornan escalofriantes. La pregunta por el poder (siempre masculino) es una constante y se hace carne, literalmente, en el último relato, "Lobo", que es una reinterpretación moderna de Caperucita Roja. En esta versión, el personaje es una adolescente con padres separados y vida de country. Debido al divorcio, los progenitores dejan de prestarle atención. La pausa y detalle descriptivo llevan a consecuencias terribles, donde lo conocido –el lobo escondido debajo de la cama, como reza el epígrafe del poema de Anne Sexton que abre el cuento– se vuelve aterrador. En "Extraño", por su parte, donde una mujer va a la casa de un desconocido para tener una aventura, el temor y la tensión se hacen presentes en cada línea. La fragilidad de las mujeres ante la violencia masculina es el núcleo recurrente de estas pequeñas y logradas escenas narrativas.
NADA DENTRO SALVO EL VACÍO
Ana V. Catania
Años Luz
122 páginas
$700