
La pandemia y la alteración del sueño: nace la Covid-somnia
El Covid-19 ha causado estragos en la economía global, los sistemas de salud pública y la industria. Más de 35 millones de personas han sido infectadas por este virus y más de 1 millón han fallecido a causa de sus complicaciones. Ahora, médicos de todo el mundo refieren estar viendo una afluencia de pacientes con patrones de sueño interrumpidos relacionados con la ansiedad, el miedo al virus o la falta de una rutina diaria, siendo los profesionales de la salud una de las poblaciones más afectadas.
En China, investigadores encuestaron a 801 trabajadores de la salud de primera línea y encontraron que, en comparación con la población general, obtuvieron resultados significativamente más altos en una escala utilizada para medir el insomnio. Otro estudio, también realizado en China, reveló que el 30% de los encuestados revelaron problemas para conciliar o mantener el sueño.
NeurologyToday, un prestigioso portal de la Asociación Americana de Neurología, publicó un artículo que hace referencia al nacimiento de un nuevo término en el diccionario médico: la Covid-somnia. En este artículo los neurólogos que se especializan en trastornos del sueño refieren observar un aumento en los trastornos del sueño asociados con el Covid-19.
"Se meten en la cama, el cerebro se activa, empiezan a preocuparse si van a perder su trabajo, si su familiar va a sobrevivir, y literalmente no pueden conciliar el sueño"
Desde el insomnio hasta la hipersomnia, los terrores nocturnos y el uso indebido de medicamentos para dormir, el fenómeno se informa y se trata no solo en personas que se recuperan del Covid-19, sino en un número mucho mayor de personas cuyas vidas han cambiado por el miedo al contagio y el aislamiento (ya sea obligatorio o autoimpuesto)
"Todos nuestros pacientes sufren cambios en sus patrones de sueño debido a sus temores de contraer el virus, preocupaciones por sus seres queridos, no poder ir a trabajar, no tener contacto social con otros", refiere en dicho artículo Rachel Marie E. Salas, profesor asociado de neurología del Johns Hopkins Center for Sleep.
"Algunos de ellos ahora cumplen con los criterios de diagnóstico del insomnio crónico: no poder conciliar el sueño en 30 minutos más de tres veces por semana durante más de tres meses", dijo la doctora Salas. "Se meten en la cama, el cerebro se activa, empiezan a preocuparse si van a perder su trabajo, si su familiar va a sobrevivir, y literalmente no pueden conciliar el sueño".
En ese mismo artículo los especialistas refieren las distintas estrategias para lograr una mejor experiencia de sueño. Probablemente, la mejor de ellas es mantener una rutina diaria y tratar de iniciar el día e irse a dormir siempre a la misma hora. También recomiendan evitar el uso del celular una vez que ya estamos acostados, realizar actividad física y algo tan sencillo como obvio: estar el mayor tiempo posible en contacto con luz natural. Todo esto busca ordenar o mantener el ritmo circadiano.
Con respecto al tratamiento farmacológico, para estos casos existen alternativas seguras y no adictivas que logran conciliar el sueño, como el Zolpidem o la Doxepina. Con respecto a esta última, es un medicamento que a dosis bajas de 3 a 6 mg logra mantener el sueño en una gran cantidad de pacientes y posee características que la hacen particularmente interesante para el manejo de la Covid-somnia: no es adictiva, no presenta somnolencia luego del despertar y no genera tolerancia, es decir, que no requiere un aumento de dosis para mantener el efecto.
Lo ideal siempre es realizar un abordaje conjunto, que incluya una educación correcta para el sueño, mantener las rutinas diarias y de ser necesario la farmacoterapia podrá ayudar a los pacientes a transitar esta nueva patología que parece haber llegado para quedarse.
Gerente Médico de Laboratorio Richmond y medico especialista en Farmacología