Libertad
El plano incluye dos figuras únicas que se destacan sobre un fondo uniforme de flores amarillas. Ese fondo, de intensidades llamativas, remite de manera irremediable a esos cuadros impresionistas de colores vivos y de marcada impronta bucólica. Pero el foco está puesto en las dos figuras, una inanimada, pero que representa el movimiento, y otra viva, que en este caso escenifica la ausencia de aquel. Juntas, aluden en cierto modo a la libertad, una libertad cotidiana, pequeña, casi insignificante, pero aun así fundamental. La libertad de moverse adonde uno quiera con el solo impulso del propio cuerpo, de detenerse donde se desee sin preocuparse por los espacios ni por los obstáculos del caótico mundo urbano. Y, al fin, refiere a una libertad tal vez algo más abstracta: la de poder descansar en el pasto, entre las flores, para pensar o detener el pensamiento, o para planificar quizás un nuevo destino.