Más empleo, la clave para eliminar la inflación
La inflación es una verdadera pesadilla para nuestro país. ¿Existe solución? Sí: el crecimiento económico a partir de la creación de empleo a gran escala. Porque cuando más personas trabajan, se genera más riqueza y más recursos fiscales; y cuando estos superan los gastos, se elimina la inflación, sin depresión.
Hoy estamos con el Banco Central emitiendo pesos para cubrir déficits debido a la escasa actividad económica. Así, los ingresos fiscales resultan insuficientes para cubrir planes sociales y pensiones para más de la mitad de la población.
¿Por qué no podemos salir hacia adelante? Entre otros motivos, está el desconocimiento de nuestros economistas, políticos, legisladores y gobernantes respecto de conceptos claves: el empleo, el factor más importante en la economía de las naciones, y los salarios de los trabajadores, que deben ser mucho mejores, ya que las sociedades crecen de abajo hacia arriba.
El desarrollo económico surgió lentamente a comienzos del 1900; y con éste, empezó a desarrollarse el estudio de la economía de las naciones. Tal es así que, si bien los premios Nobel comenzaron a entregarse desde 1901, el galardón de Economía recién se entregó en 1966. En 1976 se premió a Milton Friedman por demostrar que la inflación es un fenómeno exclusivamente monetario.
No obstante, desde hace muy pocos años se conoce qué hace que algunos países sean prósperos y otros no. Ahora sabemos qué hacer para salir del estancamiento y crecer.
Entonces, ¿cómo logramos crecer? La respuesta es concluyente: no atacando al empleo, permitiendo que emprendedores, los verdaderos creadores de riqueza, se desarrollen. Para eso el sector privado no necesita promoción, tan solo que no le interpongan trabas. En otras palabras, los gobiernos pueden perjudicar el crecimiento, pero no pueden producirlo, ya que éste se produce gracias a individuos dispuestos a ahorrar, invertir, correr riesgos e innovar.
En nuestro país se ataca al empleo -excepto en la construcción- con cláusulas indemnizatorias de la Ley de contrato del trabajo, sus anexas y los estatutos especiales, que desestimulan la oferta de empleo y son las causantes del estancamiento.
Una llave para destrabar el conflicto puede ser el actual seguro de desempleo, pero que sus prestaciones se ajusten a los verdaderos salarios de los que pierden el empleo. Este instituto ampliado, sustituyendo las indemnizaciones, protegería mucho mejor a los trabajadores, financiado por los empleadores con el 8,33% del total; entonces se expandirían las inversiones, la base para generar nuevos puestos de trabajo.
De este modo, si más personas trabajan, el Banco Central podría disminuir la emisión monetaria; sin recesión, y en un tiempo razonable, cuando los ingresos fiscales equilibren los gastos, lograríamos terminar con la inflación. No solo eso: nuestras tasas de crecimiento serían incluso superiores a las del 15% de las chinas, recreando un país inclusivo con elevados niveles de empleo y mejores salarios.
En el sector privado se notaría un nuevo espíritu, por lo cual, más emprendedores estarían dispuestos a arriesgar, a invertir, a desplegar toda su creatividad y capacidades.
Con estos cambios seremos sin dudas uno de los países de mayor crecimiento a nivel mundial, ya que la Argentina tiene todas las condiciones para lograrlo, como hace 100 años atrás, cuando junto a Gran Bretaña y los Estados Unidos, éramos uno de los países más ricos y desarrollados.
Con pleno empleo, eliminaremos males que nos aquejan hace décadas: la inflación, la falta de dólares, la pobreza, la desocupación, la deuda y los elevados impuestos. Una Argentina mejor es posible.
Miembro del Departamento de Política Social de la UIA