Murió el escritor Brian Aldiss, autor de Inteligencia artificial
Parte de la Nueva Ola de la ciencia ficción, será recordado por su trilogía Heliconia, que tiene como protagonista al planeta homónimo y por ser el autor del relato que Stanley Kubrick adaptó al cine, que luego fuera filmado por Steven Spielberg
![Brian Aldiss](https://resizer.glanacion.com/resizer/v2/brian-6OCP2PCSXBHOND74FP7XLZC564.jpg?auth=c45dcd40fc2bb657c0ec2c56e6dcf82bdafab0deda9ed67486de05e4515e646d&width=420&height=236&quality=70&smart=true)
“El error fatal de mucha ciencia ficción ha sido suscribir un optimismo basado en la idea de que la revolución, un nuevo truco, un grupo de hombres fuertes o una invasión de alienígenas, la conquista de otros planetas o la aniquilación de la mitad del mundo -en resumen, casi todo lo que no sea el enfrentamiento con la naturaleza integral e irreemplazable de la humanidad- puede producir situaciones utópicas. Es el viejo error de la externalización del mal.” Ayer, el autor de estas palabras, que podrían definir su poética, murió en su casa de Oxford un día después de cumplir 92 años.
“Festejó su cumpleaños en familia y con amigos”, escribió su hijo en Twitter al anunciar la muerte del narrador inglés. Brian Wilson Aldiss había nacido en Norfolk en 1925. Participó en la Segunda Guerra Mundial, donde comenzó a escribir cuentos breves. De regreso de la guerra, trabajó como librero y publicó en revistas sus primeros relatos. Integró junto con J. G. Ballard, John Brunner, Michael Moorcock y varios narradores estadounidenses la corriente renovadora de la ciencia ficción escrita en lengua inglesa, denominada Nueva Ola.
La externalización del mal, en sus ficciones, viene de la mano de innovaciones tecnológicas que, al ser infiltradas por cierta mirada acerca de lo que debe ser una civilización ideal, se convierten en pesadillas. Aldiss fue autor de Heliconia, quizás la única trilogía donde el protagonista es un planeta, cuya historia se cuenta en más de mil páginas. Para esa obra, Aldiss investigó durante años y consultó a geólogos, astrónomos y biólogos. En ese planeta, cada estación puede durar toda una vida. Aldiss publicó a lo largo de los años 80 esa obra maestra, en sus tres partes: Primavera, Verano e Invierno.
![Una escena de Inteligencia artificial, de Steven Spielberg, protagonizada por Haley Joel Osment y Jude Law](https://resizer.glanacion.com/resizer/v2/haley-joel-osment-y-jude-law-en-inteligencia-A3ZPZC3ADNHQFIVPSL2OGTW6RE.jpg?auth=d008baf3001b0ae3fc91ba2b94b527d433f815a95c20740095abebce05c55926&width=420&height=280&quality=70&smart=true)
En 1990 fue elegido miembro de la Real Academia de Artes. Steven Spielberg filmó en 2001 Inteligencia artificial, con guion de Stanley Kubrick, a partir de un relato de Aldiss de 1969, titulado "Los superjuguetes duran todo el verano". Entre otras obras, escribió dos continuaciones de novelas clásicas en las que interviene una máquina del tiempo: Frankenstein desencadenado (1973) y Drácula desencadenado (1991).
Fan de H. G. Wells, de Philip K. Dick (sobre quien escribió, en 1992, Kindred Blood in Kensington Gore) y de William Burroughs, Aldiss mismo pasó a ser un autor de culto. Consultada por LA NACION, la traductora y narradora Violeta Balián, admiradora de la obra de Aldiss, remarcó que con Barbagrís (1964), el autor británico se alejó de la ciencia ficción dura para hacer énfasis en el aspecto humano del género. “Con una escritura elegante y algo pasada de moda recrea un escenario inmensamente triste, un mundo posapocalíptico en el que la humanidad sufre el resultado directo de un accidente nuclear –dice Balián–. La tierra está saturada de radiaciones. Hombres y mamíferos grandes, esterilizados. No hay niños. En tanto, la sociedad envejece y las ciudades cesan de funcionar. La gente se refugia en los campos. En busca de algo mejor, Barbagrís y su mujer abandonan su aldea y en un recorrido final por el Támesis, observan cómo muere su mundo, apenas iluminado por débiles rayos de esperanza entre tanta oscuridad.” El autor de fábulas sobre mundos caídos falleció ayer, dejando como legado una obra tan vasta como exploratoria.