Pandemia: las TIC y la vuelta a la normalidad
¿Cómo pueden las nuevas tecnologías colaborar para que a la hora de la vuelta, gradual, a la normalidad, no sea en vano? ¿Qué deberían tener en cuenta los gobiernos a la hora de implementar las TIC a la hora de diseñar las políticas públicas que contribuyan a contrarrestar al virus que puso en jaque a una sociedad entera?
Para eso es necesario analizar las experiencias de otros países que, poco a poco, (caso de China y Corea del Sur) fueron mitigando los contagios y recuperando gradualmente la cotidianeidad. Sus ejemplos podrían ser de ayuda en las prácticas de aquellos países que siguen estando afectados y que todavía están en el punto cúlmine de la curva.
China y Corea del Sur han tenido un gran éxito en la implementación de políticas públicas basadas en las TIC, como el uso de la Inteligencia Artificial (IA): detectando imágenes térmicas por video, diagnósticos asistidos por IA, drones con tecnologías 5G, el correcto uso de Big Data para prevenir la propagación, puertas inteligentes de loT.
Para la Argentina, y para varios países de América Latina que aun hoy se encuentran afectados pero que poco a poco van pudiendo ir flexibilizando algunas actividades, mucha de la infraestructura implementada en esos países tal vez sea un poco utópico, sobre todo pensando en una pronta renegociación de la deuda externa.
Entonces, ¿cuál seria una buena opción? Para poder adecuar los recursos actuales y simplemente hacer inversiones marginales, es necesaria la colaboración y articulación existente entre el gobierno nacional (y los locales) con la sociedad. Primero y principal, informar a la ciudadanía y asegurarse de que todos estén al tanto de lo que sucede, en lo que se viene trabajando, en lo que se hará y sobre todo, en los resultados y efectos que se van consiguiendo con el correr de los días a partir de las políticas implementadas.
El uso de macrodatos, IA y tecnologías 5G pueden ser una interesante (y no muy costosa) opción para poder armar equipos capaces de planificar, implementar y monitorear políticas públicas. Esto requiere de un sistema de gobernanza que atraviese una transformación digital bastante importante, teniendo en cuenta la inteligencia social y los sectores económicos para poder trabajar. El buen uso y buena provisión de lo público digitalizado generará un fortalecimiento de la construcción y reformulación de los paradigmas que se han puesto cabeza abajo con el Covid-19, sumado a una buena educación que capacite a los gobiernos, pero también a la ciudadanía. Algunas acciones ya han sido tomadas, como la aparición de canales vía WhatsApp, las aplicaciones, entre otras plataformas que colaboran (también) con los estándares de transparencia que propone la Alianza para el Gobierno Abierto.
A lo anterior se le suman nuevos dispositivos que ponen sobre la mesa de los gobiernos herramientas indispensables para poder trabajar. El uso de Big Data comienza a jugar un rol importante. La IA y sobre todo las tecnologías de los drones con 5G pueden colaborar, sin mucho gasto, con infraestructura para implementar y regular las acciones de las empresas y ciudadanos para cumplir con los debidos protocolos a fin de poder frenar la dispersión del virus. Algunas razones para esto: lograr una buena comunicación en los distintos puntos del país, transportar grandes cantidades de datos a la red para el control de los gobiernos y generar información y auditar el debido (o no) cumplimiento de la mayor parte de la sociedad en su conjunto.
La habilitación de las TIC es una gran puerta al acceso de un caudal importante de información, que puede contribuir y ser usada por parte de las esferas de decisión para tomar las medidas más adecuadas. Y seguir, como hasta ahora, anticipándose para evitar la propagación y mayores contagios, con nuevos dispositivos y servicios en la red a merced de la ciudadanía. Un contrato con un escaso margen de error.
* La autora es Politóloga (UBA), maestrando en Políticas Públicas (UTDT) y asesora en el Ministerio de Desarrollo Productivo