Política exterior y la apertura de mercados
Brasil está a punto de obtener la autorización para exportar carne al exigente mercado norteamericano . Esta noticia tiene para la Argentina una lección que parecería que hemos olvidado: la apertura de mercados requiere de una política exterior que permita interlocución al más alto nivel.
En un pasado no tan lejano, la Argentina también tenía acceso al mercado de carnes estadounidense. Durante la visita realizada a Estados Unidos en 1993, el ex presidente Carlos Menem solicitó personalmente a su par Bill Clinton que mediase para permitir la compra de carne argentina. Esa visita se dio en el marco de la actuación argentina en Haití, los Balcanes y Chipre, y las iniciativas desplegadas en cuestiones humanitarias y de desarme. Fue precisamente el rol que desarrolló nuestro país en esos rubros de interés estratégico y global lo que permitió el diálogo al más alto nivel. Esto es fundamental ya que es ahí donde se inicia el proceso de abrir los mercados más exigentes o se destraban negociaciones estancadas, y no al nivel de organismos técnicos.
Para lograr una inserción comercial se requiere de la coordinación de los distintos organismos del gobierno
La apertura del mercado norteamericano, entonces, se logró a través de una política orientada, tanto por el gobierno como por el sector productivo, a desarrollar un liderazgo argentino para la colocación de sus carnes en el mercado internacional. En su momento, Felipe Solá, cuando ejercía como secretario de Agricultura, trabajó en estrecha cooperación con la Cancillería haciendo de la diplomacia una herramienta única y coordinada donde los objetivos políticos y comerciales se complementaban. El hecho de que hoy la Argentina tenga todavía bloqueada la apertura desde el año 2000, cuando reapareció la fiebre aftosa, es un ejemplo adicional de las carencias de nuestra actual política exterior.
La política exterior debe ser una sola. Para lograr una inserción comercial se requiere de la coordinación de los distintos organismos del gobierno. Fragmentar las acciones crea confusión, siembra duda sobre el consenso y la continuidad de esas decisiones y genera desconfianza. También es necesario trabajar en armonía con los factores de producción. Por eso, en el mercado de las carnes o cualquier otro relacionado a la agroindustria, cuanto antes se reviertan las actitudes indiferentes, y hasta a veces hostiles de nuestros funcionarios, más fácil será generar estrategias de promoción comercial.
Para generar lazos comerciales con los mercados más exigentes primero hay que generar lazos políticos y estratégicos
Pero no alcanza si al mismo tiempo no se desarrolla una política exterior que tenga peso estratégico y político, que participe de los temas de la agenda global y genere relaciones bilaterales con los actores de mayor gravitación en el sistema internacional. Se requieren políticas que nos habiliten la interlocución fluida con los líderes de los países cuyos mercados necesitamos para nuestros productos ya que es a esos niveles que finalmente se empiezan a desatar los nudos y se destraban las negociaciones. Por eso, el ingreso de Brasil al mercado de carnes norteamericanos no se puede entender como un hecho aislado. Más bien es parte del acercamiento que Brasil ha buscado con Estados Unidos en la última década que incluye convenios y acuerdos en temas militares, educativos, de seguridad, narcotráfico, y ciencia.
Para generar lazos comerciales con los mercados más exigentes primero hay que generar lazos políticos y estratégicos. Recordemos esta lección cuando busquemos darle a nuestra política exterior el rumbo que necesita para contribuir al desarrollo del país.