¿Quiere saber si su hijo es genio o autista?
La semana pasada, con información obtenida en Google, el investigador Seth Stephens-Davidowitz reveló las mayores preocupaciones de los padres en los Estados Unidos de acuerdo con las consultas más frecuentes realizadas a través de ese buscador. El resultado es inquietante y ofrece diferencias según el género de los hijos: en los varones, las preguntas apuntan a la inteligencia o la falta de ella; en las chicas, concluye el autor, a la apariencia.
En la Argentina, pueden probarlo, la "búsqueda predictiva" (esa que completa una consulta de acuerdo con las anteriores más realizadas) confirma que el motor de curiosidad paterna es saber si los hijos son superdotados, autistas, gays o hiperactivos. Ya el año pasado, Marius Bodin creó un emotivo video mostrando las inquietudes vitales, de la juventud a la vejez, a través de los ojos de Google. El fin era: "Tengo 85 años y estoy cansado".
Alguna vez, un teórico lúcido definió a la omnipresente empresa basada en el buscador como "la base de datos de nuestras intenciones". Acaso también se trate del mejor índex de las nuevas preocupaciones.