"Renuncié porque la realidad me superaba"
Insiste en que si hubo errores en su gobierno, éstos se debieron a la gestión económica; sostiene una vez más que a él le tocó "pagar la fiesta de Menem" y repite que existió "una conspiración interna del justicialismo y un hostigamiento delFMI". Pero a diez años de su salida del poder, el ex presidente ensaya también una autocrítica, cuenta qué cosas no volvería a hacer y, sobre todo, lamenta las muertes de aquellos días:"Es un dolor profundo que llevo conmigo"
Diez años después de su renuncia a la presidencia de la Nación, Fernando de la Rúa tiene 74 años y está físicamente casi igual que entonces. En sus oficinas frente a Tribunales sigue trabajando como abogado, sobre todo dedicado a defenderse a sí mismo ante la Justicia. También siente que debe defenderse ante la opinión pública, por eso está escribiendo sus memorias.
"Renuncié porque la realidad me superaba", confesó a La Nacion en una entrevista en la que contó detalles desconocidos de su salida del poder, de qué cosas se arrepiente y qué cambiaría si volviera atrás. Una década después de la crisis de 2001, el ex presidente sigue culpando al PJ bonaerense y al FMI por lo que pasó y asegura que Néstor Kirchner se alejó de ambos porque tomó nota de su experiencia. Pero también le reprocha a su partido, la UCR, por no haberlo apoyado.
Con su hablar pausado pero inamovible en sus argumentos, De la Rúa les achaca todos los errores de su gestión a malas medidas económicas, aunque a regañadientes terminará aceptando sus errores políticos. Y dirá que los muertos el 19 y 20 de diciembre no son su responsabilidad, pero que lleva consigo "un dolor profundo" por eso.
- Diez años después de su salida del gobierno, si pudiera volver el tiempo atrás, ¿no preferiría que la interna de la Alianza la ganara Graciela Fernández Meijide?
-No, para nada. Siempre hay que luchar para ganar, y fue un gran honor haber sido presidente. El tiempo permitirá comprender las circunstancias.
- Pero ya pasó una década y su gobierno recibe las mismas críticas que cuando recién había caído .
-Si usted lo dice, debe ser porque usted lo dice.
- Lo digo porque sigue siendo un recuerdo muy traumático para la sociedad.
-Ya se entenderá en perspectiva. Como presidente respeté las instituciones, la ética del ejercicio de la función, la transparencia, pero hubo dificultades insuperables por la forma en que se dieron las cosas. Tuvieron que inventar la causa de sobornos del Senado para empañar los principios éticos de mi gobierno.
- ¿Se siente el presidente más odiado desde el retorno democrático?
-No, no es así.
¿Y quién tiene peor imagen? Porque Alfonsín y Kirchner después de su muerte vivieron una reivindicación de su figura.
-Cuando Alfonsín terminó su gobierno también lo persiguieron. Acá se persigue a los presidentes constitucionales desde 1930. Yrigoyen fue preso; Perón, derrocado, Frondizi e Illia, también.
- ¿Se compara con ellos?
-Digo que la realidad es injusta, parece que fuera necesario que se murieran para reconocer cuáles fueron errores propios y cuáles las circunstancias que les tocaron. Menem terminó bien, pero dejó una bomba de tiempo, la fiesta de él la pagué yo y ahora está cuestionado. Y a Duhalde le fue muy mal en esta elección.
- Entonces, ¿hay que morirse para ser reconocido?
-Les pido que no me maten por esto [se sonríe]. Yo quiero que las cosas se vean ahora, por eso voy a publicar mis memorias y explico siempre qué fue lo que pasó.
- ¿Y qué fue lo que pasó?
-Hubo una conspiración interna del justicialismo y un hostigamiento del FMI. Frente a las grandes crisis hay que poner patriotismo y grandeza, y no egoísmo partidario, no se puede ir contra las instituciones por circunstancias difíciles de la economía.
- ¿A quién se refiere?
-Si el radicalismo hubiera estado más activo frente a la conspiración del PJ bonaerense, esto no habría ocurrido.
- ¿Hubo un pacto Duhalde-Alfonsín?
-Yo nunca atribuí a Alfonsín complotar contra mi gobierno [enojado].
- ¿Cómo describiría a su gobierno?
-Hubo desarrollo de la justicia, la seguridad, la salud, la educación, un plan para el desarrollo de infraestructura en todo el país. Pero la economía opaca todo. El corralito fue para preservar los ahorros, se bancarizaron pero no se tocó la propiedad de los ahorros. El que le sacó la plata a la gente fue Duhalde con el corralón, que se apropió de los ingresos para hacer la pesificación asimétrica, y de eso ya no habla nadie.
- ¿Y usted qué errores cometió?
-Bajar sueldos de la administración, subir ganancias?
- Usted menciona los errores de la gestión económica, atribuibles a un ministro de Economía. ¿Usted como presidente no se equivocó políticamente?
-Es la economía la que hace difícil la política. Los ministros de Economía se equivocan y el presidente es asesorado por los ministros de Economía. [José Luis] Machinea me aconseja aumentar los impuestos, lo debatimos con todo el gabinete y ése fue un error que se sintió. Yo lo asumo, pero fue una decisión tomada en conjunto. Bajar los sueldos más altos de la administración pública nos llevó 15 días de debate en el gabinete, pero había que ajustar el presupuesto por el gasto del gobierno anterior. Bancarizar la economía no fue bueno, pero no había una salida mejor.
¿Se arrepiente de haber nombrado a Cavallo?
-No, para nada. Venía pedido por la gente, por mi partido, por Chacho. Todo el mundo quería que se fuera López Murphy [Ricardo, ocupó la cartera de Economía entre la salida de Machinea y la llegada de Cavallo]. Y yo ya le había ofrecido el cargo a un montón y nadie aceptaba.
- ¿No cree que el error fatal fue haber mantenido la convertibilidad cuando era insostenible?
-Es muy fácil decirlo ahora que ya se vio lo que pasó. Pero en ese momento toda la Alianza quería la convertibilidad, el peronismo, el país, todo el mundo.
- Si hoy volviera al 19 y 20 de diciembre, ¿qué cambiaría?
-No declararía el estado de sitio. Yo no lo quería pero me convencieron el ministro del Interior [Ramón Mestre] y el jefe de Gabinete [Chrystian Colombo] porque era un clamor de los gobernadores justicialistas que no podían controlar la violencia en sus provincias. Era un gesto para mostrarles que estábamos dispuestos a prestarles asistencia, pero no se reglamentó ni se usó, todo empeoró. Tuve una errónea evaluación, pensé que la gente estaba preocupada por los asaltos y que eso la iba a tranquilizar. Pero cuando lo informé por televisión la reacción fueron los cacerolazos.
El semiólogo Eliseo Verón escribió que ese último discurso por televisión fue un "suicidio mediático". ¿Coincide?
-Informé sobre el estado de sitio para hacerle saber a la gente que íbamos a defender sus derechos; admito que fue un error informarlo personalmente. En esos momentos de confusión eso tuvo consecuencias negativas. Pero la violencia era artificial y programada.
- ¿No cree que la gente salió espontáneamente a la calle?
-Todo eso vino después de mi mensaje por televisión, también alentado. La gente actúa con convicción, pero no salieron a la calle para que se fuera el gobierno, sino porque querían cambios, pero no por eso debe caer un gobierno. Contra Menem hicimos bocinazos y cacerolazos y por eso no cayó el gobierno.
- Y si no cree que la gente pedía su renuncia, ¿Por qué renunció?
-Porque trajeron la violencia, y lo hice como contribución para que cesara. Los peronistas habían rechazado mi llamado a un gobierno de unidad y la UCR me hizo saber que veía mi renuncia "como una solución".
- ¿Quién se lo dijo?
-El senador Maestro [Carlos, jefe del bloque radical en el Senado], con el diputado Pernasetti [Horacio, jefe de la bancada de Diputados] me llamaron desde la casa del doctor Alfonsín y me dieron ese mensaje. Ahí dije: "Bueno, se terminó".
- ¿Qué sintió al dejar la Casa Rosada?
-Que había hecho todo lo posible, el máximo esfuerzo, pero la realidad me superaba. La realidad política y la económica. Pero paremos acá porque después me cortan la entrevista y todo esto no va a salir.
- Me falta preguntarle por temas importantes que sí van a salir. ¿Qué le provoca el recuerdo de los más de 30 muertos?
-No sé de dónde toman esos números.
- De las personas que fallecieron en todo el país, el 19 y 20 y los días subsiguientes por la violencia desatada esos días.
-Cada muerto es una tragedia. Tratémoslo con seriedad. En la causa [en la que se investigó la responsabilidad de De la Rúa] figuran cinco muertos en Plaza de Mayo, pero murieron en los alrededores, y no está probado que fuera por responsabilidad policial. Yo sé que hubo ocho muertos en la provincia de Buenos Aires, siete en Santa Fe, cinco en Entre Ríos y cinco en Capital. Es una tragedia y eso es un dolor profundo que llevo conmigo. Pero las responsabilidades fueron otras. Hubo una causa contra Reutemann [Carlos, gobernador de Santa Fe ese año] y fue sobreseído; en Buenos Aires y Entre Ríos no hubo causa. Y a mí en la causa por lo que pasó en Plaza de Mayo se me dictó la falta de mérito.
- En esa causa el juez dijo que era "imposible creer" que a usted nadie le hubiera avisado en todo el día que había muertos.
-La resolución fue revocada por la Cámara. Y ese mismo juez me sobreseyó.
- Sí, pero igual es llamativo. ¿No estaba viendo lo que pasaba por televisión?
-No, estaba en el trámite de la renuncia. Además los sucesos pasan al final de la jornada. La primera información es cuando la jueza me lo dice a las 9 de la noche. Pero yo le pregunté a Mathov [Enrique, entonces secretario de Seguridad Interior] a las 5 de la tarde y me dijo que no había muertos. La explicación que se me dio fue que el SAME levanta heridos, y después fallecen. Además quien ordena el desalojo de la Plaza de Mayo es la jueza, no el Gobierno.
- Pero la policía no se mueve sin la orden del gobierno?
-Cuando la jueza nos transmite la orden de desalojo, el gobierno da la orden de actuar como dispuso la Justicia.
- ¿Qué siente cuando ve la foto suya subiendo al helicóptero?
-Que usaron la foto. Yo todos los días me iba en helicóptero a Olivos, sólo que lo tomaba en la plataforma de al lado de la Rosada, y ese día la seguridad me dijo que lo ponían en la terraza por los disturbios. ¡Si al otro día volví a la Casa Rosada para recibir a Felipe González!
Se sabe poco de esa visita. ¿Cómo fue?
-El aceptó viajar para amigar a las partes, porque el peronismo se movilizaba para tomar el poder, pero los acontecimientos precipitaron mi decisión. Yo no precisaba saber de muertos para ver la violencia y por eso renuncié. Al día siguiente [21 de diciembre] igual fui para recibirlo y le expliqué que no pude esperarlo, porque la situación podía empeorar. El me dijo que por qué no lo había esperado, que juntos hubiéramos podido encontrar una solución. Después habló con varios peronistas. Fue comprensivo con mi actitud.
- ¿Qué opina de la nueva gestión de Cristina Kirchner y el porcentaje que sacó?
-Le deseo lo mejor. Los votos consolidan su gobierno y le dan una amplia base de confianza popular. Pero sería muy amplio analizar la gestión. Hay que mirar para adelante y tomar las experiencias pasadas. Por mi experiencia Néstor Kirchner se previno de Duhalde y del FMI, y así fortaleció la institución presidencial.
- ¿Dice que se distanció de Duhalde y del FMI por lo que le pasó a usted?
-Sí. Es fácil administrar en épocas de abundancia. Yo tenía 16 millones de pesos en publicidad y ellos 1600 millones. Pero es muy difícil con enemigos tan poderosos como el justicialismo bonaerense y el FMI cuando no hay recursos.
- ¿Ve parecidos entre 2001 y la crisis europea?
-Parecidos y diferencias. Esto muestra que una crisis financiera en un mundo globalizado desestabiliza los gobiernos y provoca cambios de signo político. La gente busca su esperanza en caras nuevas. Hoy asistimos a la caída de 10 o 12 gobiernos europeos por la crisis económica, desde Gordon hasta Berlusconi. Por otro lado, ellos no tienen un FMI hostil ni su oposición quiere avanzar sobre las instituciones.
- ¿En octubre pasado votó a la UCR?
-Sí, claro. Ricardo Alfonsín dio una lucha denodada. Para el resultado influyeron muchos factores: la dispersión de la oposición, la diferencia de recursos.
- ¿Por qué sigue siendo radical si dice que lo dejaron solo en su gobierno?
-No soy radical por eso, yo nací radical y voy a morir radical.
- ¿Cómo toma que después de 2001 no volvieron a ganar?
-Es una lección para los radicales que creían que podían cambiar mi gobierno por otro, que se arreglaban las cosas y volvían. No era tan fácil.
DIXIT
"Como presidente respeté las instituciones, la ética del ejercicio de la función, la transparencia, pero hubo dificultades insuperables por la forma en que se dieron las cosas. Tuvieron que inventar la causa de sobornos del Senado para empañar los principios éticos de mi gobierno".
"Informé sobre el estado de sitio para hacerle saber a la gente que íbamos a defender sus derechos; admito que fue un error informarlo personalmente. En esos momentos de confusión eso tuvo consecuencias negativas. Pero la violencia era artificial y programada".